¿Por qué hace tanto calor en la CDMX?

¿Soñaste alguna vez con freír un huevo sobre la banqueta?, pues pronto, muy pronto, será posible en la mágica Ciudad de México. El calor es una cosa normal en un país como este, casi tropical, sin embargo, últimamente se ha estado saliendo de control y nadie puede creer que la propia Ciudad de México esté casi llegando a los 35 grados.

Aquí en la capital parece la canícula todos los días, los chilangos se cocinan al sol, a la sombra, dentro y fuera, con sol y con lluvia, de día y de noche. Y si antes ir a la playa era sinónimo de broncearse, ahora basta con esperar el camión cinco minutos, a diario, para tener un color envidiable.

Pero a todo esto, ¿a qué debemos el aumento de la temperatura en una ciudad que solía ser templada?

Los científicos del mundo están investigando el fenómeno del calentamiento global como un mal que podría llevar al ser humano a la extinción, pues las condiciones naturales del planeta están alteradas por una alta concentración de gases de efecto invernadero, los que al mismo tiempo se generan por la emisión de contaminantes, la tala inmoderada, la acumulación de residuos como el plástico, y el exceso de redes eléctricas que generan calor masivo.

Por otro lado, la emisión de gases tóxicos a la atmósfera ha hecho crecer un enorme agujero en la capa de ozono, lo que permite que los rayos del sol penetren directamente sobre la superficie de la tierra, sin ningún filtro que modere el calor que hoy, literalmente, nos está achicharrando.

Allá por la época de la Colonia, la CDMX solía ser un enorme pulmón verde, lleno de ríos y vegetación natural que la hacían un paraíso. Incluso los mismos españoles propiciaron el crecimiento de jardines y frondosos parques, en las calles de la ciudad.

Por desgracia, la llegada de la modernidad, la sobrepoblación y el crecimiento económico, mermaron por mucho la calidad con la que antes se vivía en la antigua Tenochtitlán.

Calor, consecuencia de la contaminación

En años recientes, la Procuraduría Ambiental aseguró que en la capital había 14.4 metros cuadrados de área verde por cada habitante, una cifra que se ha visto en aumento por el esfuerzo de la misma población en mantener las áreas naturales, pero que no parece realista si se considera toda la tala ilegal, propiciada por la corrupción, que se genera con la constante e indiscriminada construcción de vialidades y edificios.

Es la reducción de las áreas verdes, sumada a la constante emisión de gases contaminantes, producto del exceso de vehículos y los enormes embotellamientos que caracterizan a la Ciudad de México, lo que en general está cambiando el clima y prácticamente ahogando a quienes aquí vivimos.

Y esto no es nada, pues dicen los científicos que en los próximos años la temperatura de la CDMX aumentará más de dos grados, provocando que las temporadas de frío sean menos y de menor intensidad.

Ya ni hablar de asolearse, pues se sabe que los rayos solares, además de fuertes, son altamente dañinos para la piel e incluso provocan cáncer y envejecimiento prematuro.

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Valeria Lira

@CronicaMexicana