A que no sabías esto sobre el pan de muerto

pan de muerto

Llega octubre y con él algo que todos los mexicanos esperamos a lo largo del año: el pan de muerto.

Así es, nos pasamos largos meses soñando con su sabor particular, esperando que llegue el otoño, se comiencen a sentir los primeros fríos y por fin encontremos el anhelado pan de muerto, que además a todos nos recuerda las tradiciones familiares, la infancia y el calor del hogar.

Pan de muerto y su origen

Este rico postre tiene su origen en las tradiciones prehispánicas. Cuenta la leyenda que en la antigua Tenochtitlán los aztecas sacrificaban a individuos y luego cocinaban sus corazones con amaranto, algo que formaba parte de un ritual para honrar a los dioses.

Claro que al llegar los españoles se horrorizaron de ver estos ritos y cambiaron el corazón por figuras hechas de pan de trigo, una tradición que sigue vigente hasta el siglo XXI e incluso acompaña la puesta de ofrenda durante el Día de Muertos.

Aún hoy día hay lugares de México donde el pan de muerto se pinta de rojo, como una manera de recordar la sangre derramada por los sacrificados en la tradición prehispánica, y también se hace con forma de cuerpo humano para que no se nos olvide qué estamos comiendo.

Se calcula que en México se consumen más de 30 millones de piezas de pan muerto solamente durante las celebraciones de los primeros días de noviembre, algo que nos habla de que esta tradición está más viva que nunca, pues no la hemos dejado atrás y la seguimos heredando a las generaciones que vienen.

Incluso en los últimos años se han popularizado nuevas versiones de este pan, de acuerdo a los intereses gastronómicos de la población que incluyen cubierta de chocolate, relleno de crema pastelera, pan sin gluten, vegano y hasta malteada de pan de muerto.

Suena delicioso, ¿no?

Fuente: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Pan_de_muerto_en_Coyoac%C3%A1n_CDMX.jpg

@CrónicaMexicana