Desmintiendo las estadísticas

Casi siempre los datos duros son los que mandan. Las encuestas, los censos y las estadísticas oficiales suelen dar una perspectiva de cómo va la sociedad, cómo va el país y qué se puede esperar del futuro. Sin embargo, algunas veces hay datos que no son tan ciertos como se les ve de manera aislada, y si se les observa en contexto resultan ser una mentira.

Estadísticas desmitificadoras

A continuación un recuento de estadísticas que no son como pensabas.

Infarto vs. Cáncer

El cáncer es la pandemia a la que todos le tienen miedo. Hay campañas, asociaciones, eventos especiales, colectas y un sinfín de actividades para difundir la detección temprana, como un arma que puede salvar la vida, en caso de padecer un cáncer. Sin embargo, hoy en día las enfermedades cardiovasculares ya le están ganando la carrera al cáncer; por cada mujer que muere de cáncer de mama, otras diez mueren por causas cardíacas. Y aun no hay suficientes campañas, ni se difunde esta información.

La guerra contra el narcotráfico

Sin ánimo de sesgar la estadística, dice la Iglesia Católica de México, que en siete años, desde que se aprobó el aborto legal en la CDMX, murieron 120 mil bebés, en comparación con las siete mil personas que fallecieron, en hechos relacionados con el narcotráfico.

Más allá de cuestiones éticas o divergencias morales, lo interesante es que esta estadística, de ser verdad, demuestra que en México la legislación se ha enfocado hacia cosas equivocadas, trabajando el tema de la violencia y la descomposición social, desde las armas y las cárceles, y olvidando que es un tema que viene de la educación y del bajo valor con que se concibe la vida en México.

México: el país de las casas deshabitadas

Es muy normal pasear por las calles de cualquier ciudad de México, y ver que constantemente se derrumban construcciones viejas para edificar nuevas. Por todas partes hay obras, sobre todo de vivienda. Y es que en 2014, el Gobierno Federal invirtió unos 450 millones de pesos en este sector, mientras en 2015 invirtió unos 134 millones de pesos en el sector salud. Lo interesante de la estadística es que mientras el sistema de salud pública hoy atiende a más de 41 millones de personas, más del 14% de las casas en el país, están deshabitadas. Las cifras son incongruentes, pero más que nada demuestran que aquí priva el interés económico sobre el social.

Los ricos tienen dietas y los pobres hambre

Como reza el poeta del verso fácil, el tan cacareado Ricardo Arjona, en México 53 personas no tienen una alimentación básica por falta de recursos, mientras al mismo tiempo se desperdicia el 20% de la comida producida, unas diez millones de toneladas de comida, por año. Lo anterior puede recaer en que, quizá, las cifras de la pobreza extrema no tienen tanto que ver con un estado económico, como sí se relacionan con un estado de desigualdad social.

Valeria Lira

@CronicaMexicana