¿A dónde van los muertos?

En una ciudad que supera los ocho millones de habitantes, siempre es interesante pensar cómo se organizan los servicios como el agua, la luz, la recolección de basura y también la recolección de cadáveres. Sí, en una de las urbes más grandes del planeta, a diario nacen y mueren decenas de personas, y eso es algo que el sistema también tiene que resolver con logística e infraestructura. Leyendas urbanas cuentan que, en morgues y ministerios públicos de la CDMX, se apilan por montones los cadáveres, en una escena dantesca, pero común en una jungla de cemento.

En la Ciudad de México existe el Instituto de Ciencias Forenses (Incifo), que se encarga de todo lo relacionado con cadáveres, necropsias, estudios genéticos, identificación, conservación y custodia de restos orgánicos; hay que recordar que sólo en esta ciudad mueren alrededor de 150 personas diariamente, por causas como enfermedades, accidentes de tránsito y violencia. Basta con ver la nota roja de los periódicos capitalinos, para enterarse de los detalles: si quedó embarrado en el asfalto, si lo hicieron picadillo con papas o si se suicidó porque su novia lo cortó.

Normalmente, el proceso de disposición de un cadáver ocurre, según el lugar y la causa por la que murió. Dicen que si te mueres en la calle nadie te levanta, sólo el Incifo, el Semefo o la camioneta que recoge cadáveres. Incluso se han dado casos de cuerpos que permanecen horas en la vía pública, porque la instancia correspondiente no llega, hay tráfico, mucho trabajo, o los encargados se pararon a desayunar.

En promedio, el instituto que se encarga de las cuestiones forenses en la capital del país recibe más de 4 mil cadáveres al año, la mitad de los cuales no son reclamados y van a fosas comunes en panteones públicos, o se destinan para fines de investigación en universidades. Aquí cabe destacar que, muchos de los cuerpos que se reciben, son de personas que murieron en otros estados del país, debido a que en provincia la infraestructura en el tema es insuficiente, y se envían cuando hay saturación, o se requieren estudios periciales más complejos.

Morgues, historias de la capital

Existen en la Ciudad de México unos 118 cementerios, entre públicos y privados; sin embargo enterrar cadáveres es una práctica que está dejando de existir con los años, debido principalmente a la falta de lugares; sí, los panteones están a reventar de muertos, y en los más viejos ya hay tumbas sobre tumbas, y uno puede caminar sobre las lápidas. El desorden llega a ser escalofriante, al grado de que se dice, que después de mucho tiempo los restos orgánicos llegan al fondo de la tierra y se incorporan al sistema de aguas que abastece a los hogares capitalinos.

En fin, la cuestión de los cadáveres y su disposición tiene más del imaginario colectivo que de lo que es en realidad: un trabajo científico y muy complejo. Al tener que ver con dolor, misterio y mundos desconocidos, la mente vuela y se suceden las historias.

https://www.youtube.com/watch?v=W1mosZGitWM

Valeria Lira

@CronicaMexicana