El apagón analógico y el panorama de la TV en México

El 31 de diciembre del 2015, millones de televisiones analógicas en México, se apagaron para siempre, no importando que la señal digital aún fuera un sueño para muchos, o que los aparatos obsoletos se juntaran por montones en los basureros, en los parques o en las banquetas. El apagón analógico inició la revolución televisiva.

Así, simplemente la era de la televisión clásica cerró sus ojos para siempre, y unos 14 millones de aparatos, que en teoría eran completamente funcionales, se convirtieron en basura.

Eso de la señal digital es algo más complicado, que cambiar de una televisión común a una pantalla plana.

Supuestamente, el cambio a la televisión digital implica que la señal será mucho mejor, más definida y con más opciones y canales. De hecho, México está bastante atrás en el asunto, ya que el cambio inició en Alemania y los Países Bajos a principios del siglo XXI, donde, además, implicó beneficios económicos y diversificación de la oferta en TV.

El apagón analógico y sus consecuencias

La cosa es que en México el cambio de señal, más que una ventaja para el televidente, fue un negocio redondo para el gobierno, y las empresas que le trabajan. Unos diez millones de hogares en el país, recibieron televisores gratuitos para no quedarse sin señal, con un costo cada uno de 2 mil 200 pesos, en promedio, obviamente cubierto por el erario público. Lo más chistoso fue ver, con el paso de los meses, filas enteras de gente que llevó estos aparatos a las casas de empeño, con tal de sacar unos pesos.

Y otros negocios: los decodificadores de señal, la televisión por cable y recientemente la televisión por Internet. Y parece que siempre todo se genera por intereses, más allá del público consumidor.

Todo lo anterior sólo es un resumen de la mala situación social y económica de México; un gobierno que evita que sus ciudadanos dejen de ver televisión y se pongan a pensar, y unos ciudadanos que aprovechan cualquier oportunidad para sacar ventaja, aun cuando se supone que el programa de televisiones gratuitas, estaba dirigido a población de muy escasos recursos.

Dicen muchos que, el uso de la señal digital, es una ventaja como país, un paso más hacia el desarrollo y los países más desarrollados, en el sentido económico. Sin embargo, lo más interesante es que la televisión mexicana bien puede ser como una fruta fuera de temporada: por fuera brillante, por dentro podrida. Y nada nos va a venir a salvar, ni Supermán, ni la rosa de una tal Guadalupe, ni María Mercedes o Marimar.

https://www.youtube.com/watch?v=KA7AOnMDyKA

Valeria Lira

@CronicaMexicana