Tú podrías ser uno de estos

Cuando niño, las matemáticas siempre fueron tu pesadilla, jamás lograste entender qué diablos era X y las letras muchas veces se te voltearon solitas en el papel. Nunca pudiste ser el favorito de la maestra, más bien fuiste su cruz; si los otros niños construían oro con sus manos, tú hacías plastas de vaca, literalmente. Eso del dibujo figurativo nunca se te dio, el simple hecho de volcar una imagen real sobre el papel, siempre te representó problemas dimensionales imposibles de resolver; siempre te preguntaste cómo hacían los otros niños para colorear dentro de la raya y por qué tú mamá guardaba con tanto recelo las monstruosidades que cada año le regalabas el 10 de mayo; ¡eran para ponerse a llorar! Tal vez tenías dislexia.

Y ni hablar de mapas, conducir o hacer cuentas, suele ser un suplicio. Quizá la ventaja es que las personas disléxicas desarrollan otras habilidades alternativas, para suplir sus deficiencias.

Si te identificaste con la situación, tal vez seas miembro del 2% de la población mexicana que padece dislexia, una condición que aún es poco conocida y menos aún diagnosticada, por lo que, quienes la tienen, no suelen contar con tratamiento, y se pasan la vida parchando sus deficiencias.

Se trata de una disfunción en los hemisferios cerebrales que dificulta el aprendizaje, la lectoescritura, la comprensión de las dimensiones espaciales y el entendimiento numérico, en la edad escolar.

Dislexia, la enfermedad que casi nadie conoce

En realidad no es una enfermedad, sólo una condición que distorsiona el aprendizaje, sin embargo, quienes viven con ello son tachados de malos estudiantes y, en la mayoría de los casos, crecen con la idea de que no tienen habilidades para la escuela, sin saber que en realidad son víctimas de un sistema educativo atrasado, que no tiene capacidad para atenderlos.

Si bien la dislexia es una limitante intelectual, no lo es si las personas tienen voluntad; personajes interesantes como Albert Einstein e Isaac Newton fueron disléxicos, e incluso los señalaron por no adaptarse a la escuela tradicional; pero pese a eso desarrollaron habilidades de autoaprendizaje, que les permitieron convertirse en grandes genios de la ciencia.

Por otro lado, se sabe que una atención temprana en la dislexia, es factor clave para superarla y evitar dificultades intelectuales futuras, pero por desgracia, al menos en México, los maestros de educación básica no tienen preparación para detectarlo y se suele encasillar a los menores en otros trastornos, como Déficit de Atención, hiperactividad, autismo y hasta retraso mental.

Qué podemos hacer

La dislexia es una manera distinta de aprender, el problema real está en que no estamos acostumbrados a que alguien sea diferente, porque el mismo sistema educa para que todos pretendan ser iguales, aunque eso sea el todo de una gran mentira; cada cabeza es un mundo y todas las personas tienen habilidades y deficiencias, entonces, es la escuela la que debería adaptarse a los estudiantes y no al revés.

Valeria Lira

@CronicaMexicana