La comida, las compras, el juego, el alcohol, el café, los enervantes, y hasta el acto de dormir, son cuestiones susceptibles de volverse adicciones, si la mente que las recibe no está bien.
Según estadísticas, más de 500 mil personas en México son adictas a una sustancia psicoactiva; sin embargo, ser adicto también puede ser un acto tolerado socialmente, cuando el objeto de deseo es algo común, que nadie pensaría puede causar daño.
Los alimentos son un asunto peligroso. Se supone que sirven para nutrir el cuerpo, darle energía y contribuir a que sigamos viviendo. Pese a ello, y aun cuando no hay una cifra exacta, es fácil dilucidar que, una buena parte de los mexicanos, tienen problemas para medir su manera de comer.
Inclusive, hay programas especiales de ayuda para superar este trastorno, del tipo “comedores compulsivos” o “gordos anónimos”.
La ludopatía es otro trastorno, que no parece representar peligro, hasta que prácticamente termina con las personas y sus familias. Los adictos al juego pueden serlo a los juegos de azar, las apuestas e incluso los videojuegos, al grado de que, por esa compulsión, se dejan de lado las relaciones sociales, el trabajo, las costumbres y poco a poco se daña la economía de quienes lo padecen, pues es tal su adicción (como una droga), que venden, empeñan y apuestan todo lo que tienen, hasta quedar sin nada.
En México hay más de dos millones de ludópatas, y se sabe que es una enfermedad que puede iniciar en la infancia.
La oniomanía es la adicción a comprar. Tan simple, esa imagen que dibujan los comerciales en la que las mujeres adquieren artículos por montones, como si fuese una gracia, puede causar un daño en el imaginario colectivo, al grado de que se calcula que 12% de los mexicanos, especialmente mujeres, padecen esta enfermedad, que también se equipara con la adicción a las drogas.
Probablemente todos han experimentado ese extraño sentimiento de satisfacción al momento de adquirir algo, ya sea por el interés que provee el objeto en sí mismo, el estatus que otorga, o porque está paliando un sentimiento de molestia, soledad o dolor. Sin embargo, las cosas siempre pueden salirse de control, cuando los mecanismos mentales ya vienen dañados de antes.
Adicción en el mundo digital
Otro elemento que está causando alta adicción, últimamente, es el Internet. Lo que antes era una novedad, hoy es lo más común.
Agencias internacionales están estudiando el fenómeno de la adicción a Internet, porque está pegando fuertemente en sociedades desarrolladas y, por supuesto, en los más jóvenes.
Al respecto, en México esta adicción aún no se observa como un peligro social, aunque también está en crecimiento, y se calcula que hasta el 2% de los menores de 18 años, en el país, padecen síntomas de ansiedad y depresión, cuando no están frente a un dispositivo inteligente, como una computadora o celular.
Todos, absolutamente todos, tienen un gusto culposo, una adicción o algo frente a lo que no se resisten. La diferencia se hace, cuando ese pequeño placer, empieza a causar problemas y afecta el desarrollo de la vida diaria.
Valeria Lira