¿Cuánto tiempo te falta para jubilarte?, ¿cuántas horas llevas desgastando tu trasero, sentando en tu oficina, pensando en la hora de salir? Seguro si lo calculaste antes, eres mexicano. Los mexicanos, en su mayoría, están acostumbrados a elegir empleos en los que hacen una carrera larga, tan larga que sólo están ahí para esperar que llegue la jubilación y los salve del lastre de trabajar. 20, 25, 30 años, son los que millones de mexicanos esperan para poder «graduarse» de la peste laboral.
¿Qué sucede en un país cuyos habitantes trabajan para jubilarse y obtener una pensión que les permita rascarse la barriga hasta el fin de sus días?
Las garantías sociales para los trabajadores son un tesoro en la actualidad y no solamente en México, sino incluso en países desarrollados donde las crisis económicas han ido restando este tipo de derechos por falta de recursos. Sin embargo, a nivel del imaginario colectivo se promueve la jubilación como un mero pretexto para trabajar, especialmente en el sector burocrático.
Ser burócrata en México no es divertido, más bien se trata de ver quién aguanta pasar más “horas nalga” en la oficina, haciendo como que trabaja, llenando papeles sin sentido y comiendo tortas de tamal hasta la hora de salida.
Casi cualquier mexicano aceptaría estar en un trabajo burocrático, por lo menos 30 años, con tal de recibir después una pensión medio decente para no hacer absolutamente nada más con su existencia.
La lección es que si soportas un trabajo que no te gusta, aburrido y tedioso, y dedicas tus años de mayor productividad a calentar un asiento, entonces recibirás después la recompensa de ser mantenido por el mismo sistema que te oprimió. Es lógico en un país cuyas prioridades son materiales, pero no intelectuales, ideológicas o emocionales.
Jubilación y el sueño que no será
Eso explica por qué México es uno de los países menos productivos del mundo, con una población cuyo ideal en la vida es ser mantenida y no tener que trabajar, porque no existen anhelos de crecimiento personal, vocaciones o intereses más allá de comer, vestir y jalarle al excusado de vez en cuando.
La buena noticia es que se calcula que en 25 años, las pensiones para los mexicanos van a desaparecer, pues no hay suficientes recursos y el gobierno mexicano ya utilizó ese dinero en quién-sabe-qué-cosas.
Ojalá que quienes forman las nuevas generaciones, so pretexto de lo anterior, busquen dentro de sí mismos anhelos de vida mucho más fuertes que una renta mensual por el resto de sus aburridas ancianidades. De lo contrario, estamos condenados a seguir siendo un país de mantenidos, flojos y poco interesantes ciudadanos, que no hicieron nada más que esperar a terminar la jornada laboral para cobrar sus 20 centavos.