Rarámuris, los mejores corredores

Rarámuris

De los rarámuris, grupo indígena que habita en los estados del norte, los chilangos sólo saben que son gente que se muere de hambre. A orbes gigantescas como la Ciudad de México, con millones de personas y toneladas de comida, que se van a la basura cada día, sólo llega información sesgada de esas comunidades perdidas entre las montañas; pobres, analfabetas, hambrientos y desesperanzados, así es como conocemos a los indígenas, quienes tenemos la suerte o desgracia de vivir en lo que creemos “Primer Mundo”.

Sin embargo, los rarámuris son mucho más que una nota amarillista del periódico. Además de la problemática que enfrentan por vivir en comunidades lejanas, los habitantes de la Sierra Tarahumara son corredores destacados a nivel internacional.

Mujer Tarahumara; Creel, Chihuahua, Mexico

Mujer Tarahumara; Creel, Chihuahua, México.

España, Canadá, Estados Unidos, Brasil y casi todo el resto del planeta los ha visto dominar, sostenidos sobre sus huaraches, las carreras de más alto nivel.

Quizá es un síntoma de evolución, alguna ventaja genética que traen consigo quienes nacen a temperaturas bajo cero, en sitios que carecen de agua, luz y hospitales públicos, y cuya sobrevivencia se basa únicamente en correr muy rápido para llegar a su destino.

Rarámuris contra el mundo

Los kenianos son grandes corredores, destacan en carreras por todo el mundo y hacen equipos para ganar los premios en carreras de nivel master. ¿Cómo no correr rápido viniendo de un país donde no hay agua en kilómetros?

Los rarámuris no están muy lejos de la misma situación. Hace no muchos años vivieron una crisis alimentaria tan grave, que hubo una ola de suicidios en sus comunidades. Y es que, además de temperaturas extremas, son víctimas de empresas extranjeras que les expropian terrenos, agua y todo lo que pueden para hacer sus negocios.

En los primeros días de junio del 2018, la rarámuri Lorena Ramírez ganó el tercer lugar en el ultramaratón de Tenerife, España. A esa carrera acudió portando su ropa típica y unos huaraches que la acompañaron los 102 kilómetros recorridos.

Lorena viajó hasta ese país con dos de sus hermanos, mismos que también hicieron papeles destacables en esa justa.

México no es un país que se caracterice por apoyar a sus deportistas, a menos que se trate del fútbol, y menos aún que fomente la práctica del ejercicio como factor de salud física y mental. Y aún con eso, sin patrocinio, sin tenis y sin que nadie los conozca, los rarámuris salen y destacan.

Alguien debería enseñarle ejemplos como éste, a los casi 10 mil corredores que cada año hacen trampa en el glamoroso y muy concurrido Maratón de la Ciudad de México.

@CronicaMexicana