Las bicicletas son un instrumento sencillo; un par de llantas, dos pedales, una cadena y la fuerza de unas piernas, son suficientes para empujar el avance de toda una civilización. Parece que en una era donde domina la tecnología hemos vuelto hacia atrás, al retomar este aparato tan sencillo, y sin embargo, en realidad hemos avanzado al volver a lo básico para entender que son las mismas leyes de la física las que siguen moviendo al planeta.
Se calcula que en México hay más de 20 millones de bicicletas, un número que ha crecido en los últimos años con la nueva popularización de este vehículo como algo limpio, saludable, sustentable y barato, frente a la complejidad que nos representan los automóviles.
Cada año el país produce más de 700 mil ejemplares de bicicletas de todos los modelos y tamaños, desde los triciclos hasta las de montaña o las de pista, un mercado que da de comer a muchas familias y acompaña el camino diario de miles de mexicanos.
Es verdad que es una moda, pero también es una necesidad y una respuesta a los tiempos que corren, el cambio climático, los altos costos de los combustibles y la necesidad de trasladarse en ciudades cada vez más dominadas por los automóviles, y donde las personas se están dejando de mover, literalmente hablando.
Bicicletas, el negocio va a la alta
En la actualidad, más del 10% de la población en México, ya considera la bicicleta su medio principal de transporte, lo que se traduce en una reducción significativa de la emisión de gases tóxicos y embotellamientos viales, en ciudades complejas como la Ciudad de México. Eso sin contemplar toda la derrama económica que significa este nuevo mercado de consumidores, que ya no invierten en autos, sino en bicicletas, las equipan, las reparan y adquieren varios modelos y accesorios útiles, para distintas necesidades.
Una bicicleta común en México puede costar de los mil a los 100 mil pesos, dependiendo de la marca, el modelo, el material y hasta el país de origen. Inclusive hasta en ese sentido hay un mercado de piratería, que surte bicicletas de origen asiático, muy solicitadas por su bajo precio, pero poco confiables por su pésima calidad.
Y como algo adicional, más recientemente se han abierto negocios dedicados a la venta exclusiva de bicicletas eléctricas, pensadas para aquellos que se mueven en espacios urbanos un poco más sofisticados, y que no desean sudar demasiado, sólo trasladarse sin tener que mover el auto, y para ello están dispuestos a invertir un buen capital.
Cambio de paradigma en la movilidad
El mundo está cambiando, México con él, y aunado a ello, la percepción de los habitantes respecto a la forma en que viven sus ciudades. Entonces, la repopularización de las bicis es una buena oportunidad de negocio, pero también de transformación del imaginario colectivo y la manera en que cada uno se percibe a sí mismo, como parte del orbe.
También es verdad que la bicicleta es un instrumento que ha sobrevivido a muchos siglos de historia, distintos periodos de la humanidad han reconocido en sí mismos, la necesidad de moverse en un artilugio como ese, sencillo y práctico, que en esencia no ha cambiado demasiado y sigue respondiendo a una sola demanda humana: el desplazamiento.
Valeria Lira