Sí, hay muchas cosas malas con los mexicanos, pero el asunto de la higiene no necesariamente es uno de ellos. Contrario a lo que podría pensarse, los habitantes de este país se encuentran, estadísticamente, entre los más limpios del planeta, incluso mucho más que aquellos que habitan en países desarrollados y con niveles de vida más elevados.
Higiene, costumbres de los mexicanos
Les apesta la boca
La higiene dental no es una prioridad entre la mayoría de los mexicanos. Según la Asociación Dental Mexicana (ADM), el consumo de artículos de higiene dental en el país, es uno de los más bajos a nivel mundial y en promedio cada mexicano consume tres tubos de pasta al año, en tanto que otros países multiplican en mucho esa cantidad.
En razón de lo anterior, se calcula que el 90% de los mexicanos padece gingivitis, una inflamación de las encías, que resulta de una mala higiene dental, a lo largo de muchos años.
“¡Tu mamá sí que te lo cuida!”
Puede ser que a los mexicanos les apeste la boca a cadáver, pero no pueden decirles piojosos o pelos de escoba, eso jamás. Un 14% del gasto de los hogares mexicanos, está destinado a productos de higiene y cuidado del cabello, más de 600 pesos al año, solamente en shampoo.
En general, México tiene uno de los gastos más elevados en productos de higiene y belleza, tratamientos capilares y tintes de cabello.
De manita sudada
Dice el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) que sólo el 20% de los mexicanos sabe lavarse las manos de manera correcta, mientras el resto sobrevive contagiándose microbios, responsables de padecimientos que van de la gripe común al neumococo.
Pese a que el mundo está plagado de letreros que nos recuerdan lavarnos las manos, parece que eso a los mexicanos no les importa demasiado.
Hay que tomar en cuenta un asunto. Hace algunos siglos, en Europa, enormes oleadas de peste y enfermedades, mataban por millones, debido a que no se conocía la importancia de la higiene. Hoy tenemos jabón, pero no lo sabemos usar.
Lo que le tiramos al planeta
Más del 70% de los ríos en México, están contaminados, principalmente por las descargas industriales, pero también en buena medida por las descargas de aguas residuales, provenientes de millones de hogares.
No sólo es la mugre que se va cuando nos bañamos, el problema está en la enorme cantidad de químicos que estamos acostumbrados a aventar al desagüe, jabones, detergentes, aceite quemado y todo lo que nos encontremos en camino.
Lo peor del caso es que esa es el agua de los mexicanos, de la que se supone, vamos a vivir en los siguientes años.
Valeria Lira
