México farol

Farolear

Embustero, fanfarrón, hablador, presumido y hasta mentiroso, un farol es una de esas personas que no nos queremos cruzar en la vida, pero de las que todos tenemos un poco. Los mexicanos son muy dados a farolear, andar hablando o presumiendo cosas que no tienen, logros que no han llegado, pequeñas batallas que nunca lucharon, pero ellos juran que sí.

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Y todo es parte de un sentimiento de inferioridad, que está arraigado en este país desde la conquista española; los mexicanos suelen sentir que no valen lo suficiente por sí mismos y se ven en la constante necesidad de presumir, y de paso mentir, para creerse aceptados y destacados.

El auge de las redes sociales ha sacado a la luz a todos esos faroles que antes vivían en las sombras. Esas personas dedicadas a ventilar todas y cada una de las cosas que hacen, exagerarlas y hasta poner fotos para que a nadie se le olvide quiénes son o lo que hicieron en el día.

Lo peor de la gente farol es que refleja un vacío de autenticidad y de sinceridad, que además es popular en esta época. La saturación mediática parece querer obligarnos a seguir modas, estilos y tendencias, que quizá ni siquiera van con nosotros, pero vamos atrás, en pro de sentirnos aceptados por el resto.

Sucede con los deportes, la música, los libros, el cine, las marcas y hasta con los valores. En una era donde el planeta Tierra está en números rojos por la sobreexplotación de recursos, resulta que todos son eco-friendly; cuando se está en un país donde las personas leen menos de tres libros al año, las librerías de moda venden ejemplares por montones; en una sociedad donde las personas consumen siempre la misma música repetitiva y absurda, aparece un artista legendario y los boletos se agotan (sí, nadie sabe quién es, hasta que viene el concierto, y resulta que todos son fanáticos).

Farolear, los mexicanos nos pintamos solos

Los mexicanos son personas que tienen mucho de sí para dar y no tienen nada que pedirle a otros países. El problema radica en que creen que para valer, hay que estar al tanto de lo que otros hagan, digan, piensen o consuman, no importa cuán absurdo o costoso llegue a ser.

Por esa razón, las marcas extranjeras tienen tanto éxito en México, mientras las marcas locales suelen ser ignoradas por la mayoría de los consumidores.

Mientras los mexicanos sigan siendo faroles, embusteros y mentirosos, este país seguirá cayendo a la deriva, porque no tendrá nada para sostenerse, ni la cultura, ni las creencias, ni siquiera el idioma que ha sido devastado en pro de modas posmodernas, usadas para justificar la flojera y la falta de originalidad a la hora de hablar.

@CronicaMexicana