Guía chilanga para sobrevivir al cambio climático

Cambio climático

La transformación de los procesos naturales de la tierra, por acción de la mano humana, ya es más que una realidad para todo el planeta. Estamos en un momento álgido del cambio climático, una situación prácticamente irreversible de alteraciones cíclicas, desaparición de las estaciones y fenómenos atípicos, que han quedado fuera del control del hombre, probablemente el camino más rápido a la extinción segura.

 zombie

México es nada ajeno al cambio climático y sus efectos, principalmente su capital, que es un cráter de contaminación, emisión de carbono a la atmósfera y radiactividad que se traduce en calores inexplicables durante todo el año.

Si bien los efectos del cambio climático ya se sienten entre los chilangos, hay que empezar con un plan, para cuando el destino los termine de alcanzar.

¡Saca la bici!

Más de medio millón de ciclistas que pululan las calles de la capital, no pueden estar equivocados. Este vehículo, que mucho tiempo fue despreciado por las manos del capitalismo, hoy se está convirtiendo en una respuesta a la crisis económica, ambiental y social.

En un futuro no tan lejano, cuando se acabe el petróleo y los chilangos tengan que usar máscaras para salir a la calle, por los altos niveles de contaminación, la bici será una alternativa viable, saludable, limpia y gratuita, que salvará la vida de millones, y restablecerá la vida en sociedad.

Siempre a la moda

La pérdida de ríos, lagos y lagunas, en la Ciudad de México, ha modificado su clima, hasta convertirlo en un factor extremoso, parecido al de las ciudades del norte del país.

Días muy calurosos y noches tan heladas que parece que cae nieve. Para eso los chilangos ya se están preparando, unas buenas botas de invierno que protejan los pies y una buena tanga para salir a disfrutar del sol en la azotea, serán el atuendo de moda cuando llegue el momento.

Vistiendo de este modo, será más fácil aprovechar cada día el humor del clima; en datos de la UNAM, la temperatura de la capital se ha modificado 5 grados en los últimos 500 años, es decir, hoy hacen 5 grados más de calor y 5 más de frío, según tenga ganas el ambiente.

Lanchas a crédito

La bicicleta es una buena opción, siempre y cuando no haya que cruzar el Periférico nadando entre basura, cadáveres y refrigeradores viejos.

La Secretaría de Medio Ambiente calcula que, en la capital del país, cada año aumenta el volumen de lluvia un 7%, debido al deshielo ártico que aumenta el agua de los mares.

Y por más sistemas hidráulicos, cañerías, desagües y tecnología invertida, la Ciudad de México no puede evitar prepararse para las inundaciones en temporada de lluvias.

Por eso, cuando termine de llegar el cambio climático, los chilangos dejarán de adquirir autos para empezar a comprar vehículos de agua. Los más pudientes seguramente cruzarán Calzada de Tlalpan en yate o velero, mientras los de la clase media tendrán que conformarse con sacar una lancha de remos a crédito, y los menos afortunados sólo podrán viajar en pangas colectivas, de a dos pesos el pasaje, para ayudar a la economía familiar.

¡Todos a pepenar!

En el peor de los escenarios apocalípticos, cuando hayan reventado los sistemas económicos, se hayan perdido todos los recursos naturales y la Ciudad de México sea un agujero caliente, sucio y seco, los chilangos saldrán de sus cuevas, como muertos vivientes, a recuperar todo lo que dejaron ir en la basura.

Entre comida y materiales reutilizables, los mexicanos dejan ir miles de pesos cada año, directo a la basura. Entonces los pepenadores, personas que viven de hurgar los botes y los camiones para recuperar lo que vale dinero, tienen un negocio seguro, que les otorga un ingreso seguro cada día.

Cambio climático en Latinoamérica

No es muy lejos de la realidad. Cuando llegó la crisis económica a Argentina, miles de personas que solían tener un estatus económico bueno, perdieron sus ingresos y quedaron a la deriva, por lo que, según se ha documento, hubo un aumento impresionante de los pepenadores, en ciudades grandes como Buenos Aires; muchos nuevos pobres sobrevivieron a la crisis recolectando y vendiendo basura.

Valeria Lira

@CronicaMexicana