Están, pero no están, viven en un mundo paralelo donde las cosas tienen un orden distinto al mundo de afuera, y cuando confrontan esas dos realidades, se les crea una especie de shock que les es imposible de comprender. Así son las personas que padecen Síndrome de Asperger, al menos siete por cada mil habitantes del planeta.
No hay datos sobre cuántas personas viven con este padecimiento en México, sin embargo, sí se sabe que en los últimos años han aumentado los casos y también los diagnósticos debido a la difusión de información al respecto, y a la mucha investigación que hoy se está haciendo sobre el tema.
El Asperger es una variante de autismo leve, dentro del cual los pacientes presentan dificultades para relacionarse socialmente, con algunas deficiencias intelectuales, pero también con capacidades extraordinarias y poco comunes en el resto de la población.
Las personas con Asperger pueden llegar a ser completamente independientes y funcionales, siempre y cuando se les otorgue una terapia, adecuada a sus necesidades, que les ayude a desarrollar las habilidades que no tienen y a encausar las que sí poseen. Sin embargo, al menos en México, el desconocimiento del tema todavía es enorme, y constantemente se confunde con otros asuntos como Trastorno por Déficit de Atención (TDA) o retraso mental, lo que por lógica, limita en mucho el desarrollo de quienes viven con ello y los obliga a vivir como discapacitados.
Síndrome de Asperger contra la ignorancia
Peor aún es la ignorancia al respecto, en el sistema educativo mexicano, donde por supuesto, los maestros no están preparados para tratar con quienes padecen Asperger y constantemente los segregan, por no responder a la enseñanza tradicional.
Como pasa con casi todos los trastornos mentales, que no son evidentes en el físico, llegar a un diagnóstico certero es muy complicado, primero por la negación de las familias a aceptar que algo no anda bien, y después, porque se trata de una novedad a nivel médico, aún cuando el Síndrome de Asperger se estudia desde los años 80.
También a nivel social, la comprensión del Asperger como un asunto de condición especial, pero no incapacitante, suele generar mucho rechazo y menosprecio, aún dentro de sectores con niveles educativos altos y donde, se supone, no manda la ignorancia. Las personas que lo tienen no son aceptadas como seres inteligentes, creativos y sumamente observadores, y más bien se les califica de raros, inadaptados y bastante poco sociables porque no entran en los modelos de comportamiento acostumbrados.
En México, prácticamente cualquier condición que implique ser distinto a los demás, es vista como un defecto, nunca como una cualidad, que podría enriquecer y darle diversidad al mundo en que vivimos.
Lo que sucede con el Asperger es que, quienes lo tienen, ven el mundo desde una perspectiva diferente, coleccionan intereses por temas específicos y tienen una atención selectiva, fijan su mente en las cosas que les importan y ponen empeño en ello, utilizando su inteligencia para almacenar datos, hacer cálculos complejos y aprender constantemente. Algo de eso tendríamos que aprender, antes de poner etiquetas, subestimar y discriminar, sólo porque no entendemos.
Valeria Lira
