Ser mexicano, además de implicar ser un poco mal hablado, chismoso y hablador, también conlleva nunca, jamás en la vida, tener dinero. De pocas cosas reniegan tanto los mexicanos como del asunto económico y los agujeros que, aseguran, siempre llevar en la cartera. Pero todo mal saca los mejor de nosotros, y el ingenio mexicano se las sabe arreglar en las situaciones más difíciles.
Ingenio mexicano vs la probreza
Juntan latas
Cuando hay que apretarse el cinturón muchos mexicanos recurren “al kilo” para completar el gasto. Sí, básicamente se vuelven un poco pepenadores de basura, aunque sólo sea la de sus propias casas, con tal de tener un par de centavos extra.
Actualmente, un kilo de latas de aluminio, se compra hasta en $20 pesos, lo que además de dar ingresos a muchas personas, ayuda a reducir la basura en las calles y a convertir esos desperdicios en reciclaje.
Hacen vaquitas, cochinitos y tandas
No hay nada más mexicano que el ahorro colectivo. Zapatos, cobijas, ropa y alcohol, todo es más fácil de comprar en grupo, si eres mexicano promedio y el dinero nunca te alcanza.
Y así, no eres un Godínez completo, si no entraste alguna vez, a la tanda de la oficina, aunque para eso te anduvieran persiguiendo durante semanas, porque te tocaba pagar y no pagaste.
Le echan más agua a los frijoles
Dicen por ahí, que en casa de un mexicano lo mismo comen tres, que seis o diez. Nada más hay que ponerle más agua a los frijoles, para que rindan, literalmente.
Eso de estirar el gasto hasta aprovechar el último centavo, sí es una costumbre muy mexicana; aquí sabemos de crisis, de decepciones económicas, de recortes presupuestales, pero nunca de carencia porque no carecemos, únicamente optimizamos recursos. ¿O no?
Se endeudan
También es muy mexicano gastar lo que no se tiene y aparentar que hay dinero, cuando el cochino está vacío. Se calcula que casi el 80% de los mexicanos tiene deudas, especialmente en torno a créditos bancarios vencidos.
En muchas culturas, cuando no hay recursos la costumbre es hacer un recorte de gastos, pero eso no pasa en México. Aquí gastamos porque gastamos, no importa si hay que pedirle al de la tienda o ir al empeño a dejar la medalla de bautizo, con tal de conseguir para las vacaciones, el vestido o la fiesta, y por supuesto, que nadie sepa que no hay dinero.
Valeria Lira
