El precio del bajo costo – Parte 2

Metro

Quizá podría –y debería– suponerse, que una de las principales consideraciones para la planeación, proyecto y construcción de obras en general, y mayormente en instalaciones con tal impacto social y permanencia, sea el tipo de terreno, su permeabilidad y, dadas las condiciones de nuestra ciudad, el hundimiento de la tierra. De hecho, citamos a continuación la información oficial brindada por el Sistema de Transporte Colectivo Metro, al respecto:

“El trazo definitivo de cada línea se obtiene tomando en cuenta: el subsuelo, las instalaciones subterráneas de servicios públicos de la zona, los monumentos históricos cercanos, los restos arqueológicos ocultos, las características demográficas de los puntos que enlazan, entre otras.”

Sin embargo, la primera etapa de construcción en 1967, está caracterizada por sus instalaciones subterráneas, ubicadas en el centro histórico, independientemente de los hallazgos arqueológicos encontrados a lo largo de su desarrollo, hallazgos que mejor fueron incluidos en el diseño de las instalaciones, como es el caso de Pino Suárez, a pesar de ser una zona altamente sensible a hundimientos, además del patrimonio que representa.

El caso es que, podemos ver, y es una realidad, que instalaciones subterráneas se han construido, independientemente de la situación del suelo y su entorno. Está el ejemplo de la reciente línea 12 y la distribución de sus estaciones a nivel y subterráneas.

De hecho, las líneas del metro que más sufren por problemas de hundimiento son las construidas a nivel y elevadas (A, B, 4, 5 y 9). Aquí un gráfico al respecto, elaborado por el Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo:

Metro, necesidades urgentes

Sabemos que es necesaria, además de urgente, la expansión de las redes de transporte a lo largo de la Zona Metropolitana. Pero es cierto que este patrón de romper el espacio público, y crear barreras urbanas, es un hecho que continúa sucediendo y afectando, más que favoreciendo, al sector de la población que más lo requiere. Esto también puede verse en las instalaciones del Tren Ligero, que se extiende de Taxqueña a Xochimilco, el Tren Suburbano que va de Buenavista a Cuautitlán, y los planes de ampliación de la línea A y 4, que dan servicio a zonas de mayor marginación urbana y tan sólo perpetúan esta condición.

@CronicaMexicana