Prácticamente todos los países desarrollados tienen una característica en común, y eso es que invierten buena parte de sus recursos en educación e investigación científica. Dinamarca es el país que más recursos pone en este rubro, casi el 7% del Producto Interno Bruto (PIB).
Claro que Dinamarca es un país altamente desarrollado, cuyos niveles de bienestar son los más altos del planeta. Si lo comparamos con la situación social y económica de México, pudiera parecer que la culpa es del dinero, pero no. Resulta ser que aquí se invierte hasta el 6.5% del PIB, en el sistema educativo, aunque evidentemente eso no se refleja en la calidad de los estudiantes ni su competencia frente a las de otros países.
Otro factor a tomar en cuenta, es la relación del dinero que se destina a la educación, frente a los salarios que perciben los maestros mexicanos, quienes están entre los peores pagados del mundo. Eso contrasta con los altos salarios que perciben los funcionarios relacionados con este sistema, y peor todavía, los líderes sindicales que se dedican, literalmente, a la gestión política y el escándalo.
Probablemente la cuestión está en una mala distribución del recurso, mucho del cual se queda en manos de la burocracia, los sindicatos y los cotos de poder, que no permiten la modernización de los métodos de enseñanza. Eso es verdad, sin embargo, otra parte importante del problema es que los ciudadanos tampoco invierten en el ramo educativo.
Se calcula que un hogar de nivel socioeconómico medio bajo, invierte menos de $600 pesos mensuales en educación, es decir, aportan el mínimo para sufragar los gastos eventuales, como útiles escolares, pero no aportan un extra fijo para instrucción extraescolar, o herramientas que podrían ser significativas a la larga.
Educación de México a nivel internacional
Según el Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA), en prácticamente todos los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo, Económicos (OCDE) los estudiantes de las escuelas privadas, aventajan en algún porcentaje, a los de las escuelas públicas; en México se calcula que los estudiantes de universidades privadas, tienen trayectorias escolares más estables y fructíferas que los de escuelas públicas, mucho en razón de la estabilidad social y económica de la que gozan, además de las herramientas adicionales con las que cuentan, como los idiomas y mayor acceso a Internet, libros, cursos, etcétera.
Hoy en día, México tiene el último lugar en nivel educativo de todos los países de la OCDE y se calcula que para alcanzar el promedio, tendrán que pasar entre 30 y 50 años; eso siempre y cuando se implementaran cambios significativos en los sistemas de enseñanza, a la altura de los países que hoy lideran la educación mundial.
En general, la educación es una inversión segura para el futuro, en un mundo cada vez más competido y en el que, cada habilidad extra es un paso adelante. Eso lo saben las naciones que llevan la pauta económica y cultural del mundo, y cuyas prioridades en garantías sociales, siempre están enfocadas hacia este sentido.
Valeria Lira