Casi todos los países del mundo, exceptuando aquellos con economías perfectamente bien llevadas, se enfrentan poco a poco al problema de las pensiones como un lastre que deben cargar hasta donde sea posible; más de 15 millones de mexicanos mayores de 65 años, cuentan con algún tipo de pensión, ya sea institucional o de un programa social de beneficio para adultos mayores. Y salvo que seas Carlos Slim, la vejez será un problema en el futuro.
Durante el XIX Foro Iberoamérica, donde participaron líderes de todo el mundo, el empresario mexicano Carlos Slim afirmó que sería bueno elevar la edad para recibir pensión hasta los 75 años, pues de esa manera el Estado recibiría más recursos para poder sostener el sistema.
Es irónico que el sujeto, uno de los hombres más ricos del planeta, proponga que los trabajadores, pobres mortales con pensiones que no dan ni para comer (al menos en México), sigan rompiéndose el lomo diez años más de su vejez, solamente porque el país está plagado de corrupción y el dinero se lo roban.
Carlos Slim y las pensiones
Si el sistema funcionara correctamente, en México el bono demográfico tendría que darnos para sostener las pensiones sin ningún problema, y en los próximos 20 o 30 años. Pero si las pensiones las sostienen instituciones como el IMSS, ISSSTE o PEMEX, que son cajas chicas de los funcionarios y están quebradas desde hace décadas, entonces ya no funciona el asunto.
En muchos países desarrollados las pensiones son un problema de salud público y el dinero no alcanza porque la población anciana supera en mucho a la joven, entonces no hay quien genere dinero mientras los mayores descansan. Esa no es la situación de México, al menos no por ahora, aunque aquí la corrupción corroe todos los sectores, y eso es mucho peor.
