Paraísos ocultos de México

Cuando pareciera que ya está todo visto, de punta a punta, México nos ofrece lugares que todavía conservan su riqueza natural, y una magia que no ha sido enfrascada en grandes desarrollos turísticos. Para aquellos aventureros de corazón, libres como el viento y a la espera de sorpresas, este país aún guarda tesoros escondidos, estos paraísos mexicanos.

Paraísos mexicanos

Pichilinguillo

La costa michoacana es testigo de una maravilla natural, que no ha tocado la mano del hombre. Pichilinguillo es un pequeño golfo, perteneciente al municipio de Aquila, que apenas cuenta con algunos habitantes, y es preferido por el turismo, como una opción para acampar y hacer snorkel por su fauna marina, aún muy abundante, porque no hay industrias, hoteles, ni pesca masiva en la zona. Para llegar, hay que atravesar la Tierra Caliente de Michoacán, sin embargo, vale la pena, si lo que se busca es paz, tranquilidad y aventura.

El Mar de Cortés

Situado en la Península de Baja California, el Mar de Cortés es un sitio que se ha visto librado de la invasión turística, aun cuando está a unas horas de la frontera con Estados Unidos. Es conocido por la abundancia de perlas y de animales acuáticos, difíciles de ver en otros sitios. Desde tiempos inmemoriales, esta zona es visitada por aventureros y científicos que van en busca de su abundante vegetación, y la tranquilidad de estar en el último extremo del país; fue nombrado “el acuario del mundo” por Jacques Cousteau. Aquellos que tengan suerte y paciencia pueden, incluso, observar la visita de ballenas grises, por estas aguas, algo único, que sucede en los primeros tres meses del año.

Navachiste

Conocido como “La Isla de los Poetas”, es un sitio en Sinaloa, que es famoso por albergar el Festival Internacional de las Artes, evento realizado en Semana Santa, en el que se reúnen escritores, pintores, músicos y creadores, de todas partes del mundo, en un intento por encontrarse con la naturaleza, y hallar inspiración en este sitio tan particular. Navachiste se encuentra en la zona norte del estado, y hay que partir de Guasave hacia algún puerto de la costa sinaloense, y de ahí hacia la isla. Esta rodeado de cerros y aves de todas clases, que acompañan a las lanchas.

Celestún

Se trata de una tierra ancestral, que alguna vez fue territorio Maya, y hoy es un pueblo pescador, alejado del ruido de la ciudad, a tan sólo 95 km. de Mérida. Este lugar hace frontera entre Campeche y Yucatán, y alberga un área de manglares, con 300 especies diferentes de aves, incluido el impresionante flamenco rosado. Este último es bandera de Celestún, por su importancia para la biodiversidad de la zona, y los intentos que se han hecho por preservar los ejemplares que aquí viven, y se reproducen de forma salvaje en lo que se domina “Reserva de la Biósfera Ría Celestún”. Por otra parte, la magia de estas playas se encuentra en la combinación de agua dulce y agua salada, lo que da lugar a condiciones naturales inigualables, característica que también es aprovechada por la ciencia.

Estos sitios son sólo una parte de la gran lista que aún esconde México, si lo que se busca es algo distinto al clásico plan familiar de fin de semana, con un presupuesto bajo y muchas ganas de ver el mundo.

Valeria Lira