Economía alternativa

El mundo vive un tiempo de caos, donde el capitalismo se resquebraja y demuestra que ya no sirve como sistema económico. Hoy es evidente que, el modelo aprendido a los padres y abuelos, ya no basta para vivir, es decir, la fórmula de estudiar mucho, para luego trabajar mucho y al final tener mucho, ya no satisface las necesidades básicas, ni tampoco los sueños de la gran mayoría. La economía alternativa es la respuesta.

Hoy en día, en general, se trabaja más y el dinero alcanza para menos, evidentemente la calidad de vida que estamos alcanzando no es la misma que lograron nuestros padres a la misma edad, y surgen fenómenos sociales en respuesta a esta crisis económica mundial, como las parejas DINK (Double Income, No Kids), personas que prefieren vivir en pareja y no tener hijos, para poder gastar los recursos en sí mismos, o los famosos “ninis”, jóvenes que ni estudian ni trabajan, por que no ven ningún estímulo real en la situación económica actual.

Hay que recordar que, en México, apenas en los años 90, el precio de la gasolina rondaba los $2.24 pesos por litro, y poco más de veinte años después, está entre los $13 y los $15 pesos, es decir, este elemento vital aumentó en dos décadas más de 600% su valor, y con ello los precios de todos los artículos consumibles, desde la comida hasta el agua. Casi todos pueden recordar cuál era su poder adquisitivo hace 20 o 30 años, viendo que el poder adquisitivo de hoy, ni siquiera se acerca, y en esto, México no ha crecido, más bien se ha devaluado.

El petróleo, como el oro negro que mucho tiempo hizo correr al planeta, hoy se enfrenta también a la escasés simplemente porque ya no hay más, se acabó, están agotándose las reservas, y el sistema económico no tiene con qué sustituirlo como el elemento que da el 40% de la energía mundial. La compañía British Petroleum BP calcula que queda energético para poco más de 50 años, y eso si se invierten suficientes recursos para sacarlo de las profundidades de la tierra.

En el año 2012, la CEPAL señaló que el 28.2% de la población de Latinoamérica, vivía en situación de pobreza, sin las condiciones mínimas para sobrevivir, como: acceso a la salud, educación, alimentación y vivienda digna.

Claro que todo eso son modelos aprendidos que, hoy, simplemente, ya no se adaptan al estado mundial. El modelo capitalista, que durante mucho tiempo dio lo justo a quienes trabajaban lo suficiente, hoy ya no da para más, porque desde su base depende de recursos no renovables, como el petróleo y el agua, y pretende una producción de locura para una comercialización imparable, un juego discriminatorio en el que no participa quien no tenga para pagar.

Hace bastante tiempo, en México, reinaban los indígenas y la moneda de cambio era el uso, no el valor comercial. En un principio no había monedas ni billetes, y el trueque era el modo de cambio, es decir, se trataba de dar lo que uno supiera hacer a cambio de lo que uno necesitara, dedicándose cada quien a lo que sabía. De ese modo se suplía la carestía, la población cubría todas sus necesidades y el trabajo tenía un fin con sentido.

Economía alternativa en el siglo XXI

En estos últimos años está resurgiendo en México, el uso del trueque como nueva forma económica, en respuesta a la precaria situación económica en que viven cada vez más y más personas. Muchos grupos se reúnen para compartir lo que producen, o lo que tienen y ya no necesitan, e incluso servicios, y lo intercambian por otras cosas.

Es aquí cuando se retoma el concepto de valor de uso, por encima del valor comercial, es decir, no sirve algo muy caro que no es útil, y viceversa, puede tener mucho valor algo sencillo, que nos soluciona la vida.

Viéndolo desde una perspectiva tradicional, es difícil imaginar dar cosas que tuvieron costo económico, por otras que quizá ya no lo tienen, pero el verdadero espíritu del trueque es dar lo que nos sobra, y regresarle su valor a los objetos que lo habían perdido. Y, quizás, cuando el destino nos alcance, estemos preparados para adaptarnos a nuevos modelos alternativos de vida y sobrevivencia.

Valeria Lira

@MoiraBoicot