Cuando la noche le sigue al día, se suele pensar que todo termina, es como cerrar las cortinas del mundo y poner una pausa a la vida, hasta la mañana siguiente cuando sale el sol. Sin embargo, la oscuridad nocturna también contiene vida propia y hay muchos que, apenas se pone el sol, comienzan a vivir. La noche mexicana esconde muchas historias.
Noche mexicana ¿Qué hacemos los mexicanos?
Merienda nocturna
El síndrome metabólico es ese que no permite a una persona estar realmente satisfecha, después de ingerir los alimentos, y le provoca tener antojos poco saludables, entre comidas. Millones de mexicanos viven de esto, especialmente cuando llega la noche y no hay nada mejor por hacer que abrir el refrigerador.
Este hábito va más allá de la cena que, abundante o no, no suele ser suficiente, cuando aparece la ansiedad nocturna.
No hay una estadística certera de cuántos lo hacen, pero responde a una costumbre bien arraigada: comer a todas horas. Y esos refrigerios extra, inciden en los casi 50 millones de mexicanos obesos que hay hoy.
Trabajo
La opción del trabajo nocturno, es para muchos una manera de ganar terreno, adelantar y evitar horas muertas. Para otros, este turno es una opción que permite hacer otras cosas durante el día.
Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, en México, casi dos millones de personas laboran oficialmente en el turno nocturno, mientras otro buen número usa esas horas para adelantar carga de trabajo, y pendientes que quedan del día.
Relaciones sexuales
Un día normal en la vida de un mexicano promedio, puede llegar a ser estresante: los problemas del país, la carga laboral, el dinero y el tránsito, le quitan la tranquilidad a cualquiera que se atreva a dar dos pasos hacia la calle.
Por todo lo anterior, las estadísticas señalan que la hora de cerrar las cortinas y apagar la televisión, es también la favorita de los mexicanos para tener relaciones sexuales.
Se calcula que un buen porcentaje de mexicanos tiene sexo entre las 10 de la noche y las 3 de la mañana (cuando ya se durmieron los niños).
Puede que sea por cuestiones prácticas y como ejercicio de desestrés, pero también porque, acostumbrados a la doble moral, prefieren no relacionar esa actividad con la vida pública.
Inseguridad
Se calcula que al menos de diez años a la fecha, unos 40 millones de mexicanos han dejado de salir en la noche, por temor a la delincuencia.
Hubo un tiempo en que México tenía una gran vida nocturna, había tiendas, restaurantes, bares, hospitales y hasta puestos de tacos, que abrían sus puertas cuando se apagaba el sol. Sin embargo, la perspectiva violenta del país, transformó estos hábitos, y ahora ya son muy pocos los que se atreven a estar fuera hasta altas horas de la noche.
Valeria Lira