En palabras sencillas, la diabetes es una disfunción en la que el páncreas, ya desgastado, no produce insulina para procesar los azúcares del cuerpo.
Para casi todos los mexicanos, al menos en un futuro a mediano plazo, la diabetes será una parada en el camino y quizá el final. La genética, la alimentación, la mala calidad de vida, los pésimos hábitos diarios, todo son peldaños en la escalera, hacia una subida inevitable.
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El 14 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Diabetes, impulsado por la Organización Mundial de la Salud, para hacer conciencia de esta pandemia que está inundando a prácticamente todos los países occidentales.
El IMSS es la casa del diabético
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) es el encargada de la salud de 46 millones de mexicanos, de los cuales se calcula que hasta un 85% padecen diabetes. Y peor aún, una buena parte de ellos no han sido diagnosticados.
Pese a las campañas de prevención y los intentos por instaurar hábitos más saludables entre los mexicanos, parece que esta epidemia sigue avanzando, lo que en unos años podría tener implicaciones no sólo de salud, sino económicas y sociales, muy graves.
Los niños mexicanos son diabéticos en potencia
Se calcula que hasta 70% de los menores de 12 años, hoy, serán adultos diabéticos en un futuro cercano, con consecuencias como la baja productividad y una esperanza de vida mucho menor a la que debiera ser.
Hoy se sabe que México es el país con más niños obesos en todo el planeta; al menos 35% de ellos se consideran en ese grado de sobrepeso y sin perspectivas de cambio posibles.
Hace unos años la desnutrición era un problema de salud pública, sin embargo, en la actualidad, la mercadotecnia ha transformado ese patrón. Ahora los niños pobres, que no tenían para comer, están inflados de comida chatarra, que no nutre, pero sí llena.
Los mexicanos no pueden pagar por su diabetes
Esta enfermedad, con todas sus progresivas consecuencias, tiene un costo enorme para las instituciones de salud pública en México, que deben asumir tratamientos, estancias, incapacidades, pensiones, cirugías de personas que, tarde o temprano, tendrán que dejar de trabajar porque les será imposible.
Lo anterior implica más población desocupada, siendo una carga total para el Estado, y menos personas produciendo, generando recursos y pagando impuestos.
El costo de la diabetes ronda entre los 600 y los 320 mil pesos mensuales por cada paciente, dependiendo del grado en el que se encuentre y las enfermedades subsecuentes que le acarree, que pueden ir, desde ceguera, hasta insuficiencia renal.
Diabetes es amiga de otros padecimientos
Las personas que padecen diabetes viven en un debilidad constante, consecuencia de su limitada alimentación y de la progresión inevitable de la enfermedad. Es así que se sabe, es tan sólo la puerta a otros padecimientos graves, como la insuficiencia renal y cardiaca, los males vasculares, e incluso virus que son más fáciles de adquirir en ese estado, como la influenza y la tuberculosis.
Jóvenes mexicanos están cada vez más enfermos
Como si se tratara de un asunto generacional, resulta que esta enorme epidemia está afectando cada vez más a los jóvenes menores de 30 años, que limitan sus posibilidades y productividad, debido a que se formaron una juventud en los malos hábitos, pasando a la adultez como diabéticos en todo su esplendor.
En promedio, ya se calcula que una buena parte de la población está siendo diagnosticada a los 20 años, con una esperanza de vida de no más de 60.
Valeria Lira