¿Comer o no comer carne?

Es muy común en la cultura mexicana que la carne sea considerada base de la alimentación. Quizá viene de una costumbre muy ancestral, tradición religiosa en donde la carne representaba el Cuerpo de Dios y por tanto un regalo para los hombres; quienes debían agradecer tener la oportunidad de comerla.

En la actualidad todavía se sigue considerando este alimento, en cualquiera de sus presentaciones, como un símbolo de estatus económico, prosperidad, salud y hasta masculinidad, atribuyéndole cualidades que son más del imaginario colectivo del mexicano que de la propia realidad.

Todavía es bastante fácil escuchar que quien come carne todos los días, es porque está muy bien económicamente y le va bien en la vida, o que quien no come carne, al menos una vez al día, prácticamente no comió.

Pero afortunadamente ya existen los trending topic que, al menos nos sirven para reflexionar, y el consumo de productos animales es hoy uno de ellos.

México es uno de los principales productores de carne de res, cerdo y pollo a nivel mundial, con un consumo per cápita promedio de más de 60 kilos anuales, cifra que aumentó en los últimos años, irónicamente al mismo tiempo que creció el mercado del vegetarianismo y la alimentación alternativa.

La pregunta del millón es: ¿comer o no comer carne?

Alimentación ¿mitos y realidades de la carne?

Miles de mitos abundan en ambos lados de la moneda; que si comer mucha carne provoca cáncer por las hormonas, que si no comerla también provoca anemia y, por consecuencia cáncer, que si la leche es para los becerros, que si la soya causa crecimiento mamario, que si los pollos están enfermos o que si los puercos tienen el corazón roto por el maltrato animal.

La información fluye, pero muy poca está realmente comprobada y la gran mayoría es simple especulación de parte de quienes quieren tener la razón. Y como todo en la vida, es simplemente cuestión de enfoques y de mesura.

Dicen por ahí que todo en exceso es malo, así que siendo justos con todas las visiones, podríamos hablar de que lo único realmente dañino son las posturas radicales.

Para nadie es un secreto que la industria cárnica, incluso la del pescado, que podría parecer el más bondadoso de los alimentos de origen animal, tiene métodos hormonales para hacer rendir más la producción, aun cuando tienen consecuencias en la salud humana.

Por otra parte, el hombre come carne desde que es hombre, porque fue una de las primeras formas de supervivencia que encontró, y es por eso mismo que el cuerpo está acostumbrado a esa alimentación y la requiere.

La costumbre de comer a otro animal

Claro que lo anterior no significa que no hay modo de modificar las costumbres, y pasar a un consumo mucho más amigable con el medio ambiente y con los animales. Pero siempre hay que saber lo que se está haciendo.

También se sabe que, al menos en los primeros años de vida, un niño necesita alimentarse de proteína animal para cerrar su tallo cerebral, con graves consecuencias físicas y mentales si no lo hace.

Al final es una cuestión de reflexión; el hombre primitivo comió carne porque era lo que tenía a la mano. Sin embargo, hoy en día el hombre ya puede comer prácticamente lo que le apetezca, los supermercados más sofisticados están llenos de alimentos, frutas y verduras, pertenecientes a cualquier época del año, semillas que se producen en extremos lejanos del planeta, opciones interminables para todos los gustos, entonces ¿por qué hay que comer carne todos los días de la semana, si ni siquiera hay suficientes días para ingerir tal variedad de alimentos, a los que hoy tenemos acceso?

Valeria Lira

@CronicaMexicana