Hay que aceptar un hecho: el cine mexicano nunca ha sido, no es, y quizá nunca será, el mejor del mundo. Si bien hay casos de producciones al nivel del mejor cine internacional, gracias a directores, productores y escritores que saben hacer su trabajo, la verdad es que esos casos son los menos, el cine millennial está arruinando la industria nacional.
Especialmente en los últimos 20 años, el cine mexicano ha ido perdiendo brillo. Lejos de tener el auge que todos esperaban con el famoso «nuevo cine mexicano», la producción cinematográfica nacional está dejando mucho que desear, cada vez más, y parece como si no tuviéramos nada nuevo para decir.
La falta de propuesta, la ausencia de imaginación y hasta los remakes han convertido al cine mexicano en un mal chiste, la copia muy barata de lo que otros ya crearon y que jamás podrá competir con lo hecho en otros países.
En los años 90, el tema del cine nacional fue la violencia, la decadencia de los valores y la descomposición social. Una cinta tras otra, la gran mayoría de las producidas en México, terminaba en groserías, sexo rudo y balazos, pasando por nuestra inseparable compañera corrupción que, dicho sea de paso, no nos dejó muy bien parados ante los extranjeros.
Ya entrando al siglo XXI, hubo intentos por hacer cosas distintas, aunque la gran mayoría no tuvieron éxito y fracasaron en despegarse del acostumbrado cliché del mexicano corrupto, alburero, cochino y mujeriego, ¡más de lo mismo!
Cine millennial, la decadencia en aumento
La progresión de los años, del 2000 a la fecha, empeoró poco a poco la producción del cine nacional. Ahora mismo, con el auge de los famosos «millennials» que no son otra cosa que los treintañeros de la actualidad, la pantalla mexicana experimenta una fase muy extraña, en la que los temas más taquilleros son el sexo (otra vez), la descomposición familiar, el rechazo a la vida tradicional y los jóvenes que no quieren terminar de crecer.
¿Cómo le habrá hecho el cine nacional para involucionar de esta manera, y terminar siendo reflejo de la inmadurez social que prolifera?