¿De qué va la ola de feminicidios en México?

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Podrías ser tú, tu hermana, tu mamá o tu mejor amiga. Exactamente en este momento, es probable que otra mujer, o varias, estén siendo cruelmente asesinadas, sin que nadie levante siquiera la voz para defenderlas. Los feminicidios son el gran mal de nuestro México.

En los últimos meses, una ola de asesinatos de mujeres se ha generalizado del Norte al Sur del país, sin importar ocupación, clase social, edad o incluso preferencia sexual, pero hasta ahora, la opinión pública se mantiene en shock y las autoridades miran indiferentes; nadie hace nada.

A fines de los años 90, las desapariciones de féminas en Ciudad Juárez, impactaron a todo el planeta. Nadie podía creer cómo era posible que cientos de mujeres se esfumaran, como si se las hubiera tragado la tierra, para luego aparecen asesinadas, sin que hubiera una sola pista de los responsables. Ellas eran pobres, solitarias, obreras de maquiladoras y pertenecientes a familias, que poco podían llamar la atención de las autoridades, al respecto.

Si en ese entonces hubo una indignación masiva, hoy en día ya ha ganado la monotonía, ante crímenes que se repiten a diario y parecen lo normal en una sociedad decadente y degenerada.

De 2013 a 2015, casi siete mil mujeres en el país fueron víctimas de feminicidio, por parte del crimen organizado, pero también por parte de novios, maridos, padres y familiares.

Evidentemente no son hechos aislados, sino el resultado de todo un sistema que, desde siempre ha desprotegido a las mujeres mexicanas, sin darles garantías de seguridad, salud, educación o de una vida digna, libre e independiente.

Feminicidios, la cúspide de una sociedad violenta

Si cosas como manosear, piropear o controlar a una mujer, sólo por el hecho de serlo, están aceptadas en la sociedad mexicana, no es una sorpresa que se toleren los crímenes, las violaciones y los asesinatos, y hasta se consideren “normales”, ante un proceso de liberación femenina, que debería ser aplaudido y no castigado.

Hoy el feminicidio está invadiendo a la sociedad mexicana. Mujeres mayores, transexuales, niñas y jóvenes, madres, trabajadoras y estudiantes, están cayendo en las redes de la violencia, el crimen, e incluso la trata de personas, y no hay ley ni frontera suficiente para protegerlas.

La única esperanza que se vislumbra, a corto plazo, son las redes que la sociedad construye para su autoprotección. Difundir y prevenir son las únicas armas para que el crimen no las alcance, pero hoy su vida es un verdadero volado al aire, y nada ni nadie, puede garantizar su seguridad, frente a la fuerza del crimen.

Valeria Lira

@CronicaMexicana