Vivir en la CDMX ya es en sí mismo un asunto bastante caótico, sumado a la complejidad de encontrar un empleo bien remunerado, entre tantos millones de personas y además conservarlo para poder vivir. Y ya con todas esas condiciones complicadas, además hay que conservar el trabajo para no acabar muriendo de hambre abajo de un puente, aún cuando no sea de lo más glamouroso, higiénico o agradable, conformándose con uno de los tantos malos empleos que hay en la capital.
Malos empleos en la CDMX
Intendente en el Metro
Quizá este sea uno de los peores empleos que ofrece la Ciudad de México a sus habitantes. Y no, no es horrible porque la paga sea poca o porque es muy laborioso, es detestable porque los chilangos son unos verdaderos marranos, y cada día arrojan toneladas de desperdicios en los vagones, los andenes y las escaleras del Sistema de Transporte Colectivo Metro.
Más de seis mil personas están empleadas en el Metro, solamente para hacer labores de limpieza, las que en su mayoría se llevan a cabo de noche e incluyen todas las estaciones por las que millones de usuarios circulan a diario.
Levantador de cadáveres
Por supuesto que hay alguien en la CDMX encargado de levantar cadáveres en la vía pública. En una ciudad tan grande, a diario hay varios que mueren en plena calle o en los servicios de transporte, y el gobierno dispone de alguien para que se encargue de llevar los restos a las instalaciones correspondientes.
Suicidios, atropellamientos, asesinatos, infartos, muertes naturales, y uno que otro que murió por idiota, en esta enorme ciudad la gente no puede irse a morir a la banqueta solamente porque tiene ganas, para eso hay instancias especializadas que no permiten a los cadáveres agusanarse en plena vía pública.
Maestra de primaria
En estos tiempos tan convulsos, donde la gente ya no educa a sus hijos e impera la ley del más fuerte, ser maestra de primaria o de secundaria, es un trabajo que requiere enorme valor. Más de alguno en ese papel ha salido golpeado, robado o amenazado, por intentar dejar tarea, poner un castigo o enseñar lecciones.
En la Ciudad de México el bullying es un mal constante, pero nadie puede meterse en el asunto porque las leyes ya no privilegian la educación, sino los famosos derechos humanos, y en ese sentido, el maestro no enseña, solamente acompaña.
Godínez
Los Godínez son esas criaturas que se pasan el día en la oficina, haciendo reportes para el jefe, y tomando café para no quedarse dormidos sobre el teclado.
Claro que hay niveles para ser Godínez, no es lo mismo serlo en la zona de Reforma o Lomas de Chapultepec, con un sueldo glamouroso, automóvil del año y restaurantes de lujo, que serlo en el Centro o en la Obrera, andando en pesero y comiendo tortas de tamal.
En general, ser Godínez no es lo más divertido del mundo, y menos si vives en la Ciudad de México, pasando casi todo tu día entre el tráfico y la pantalla de tu computadora en la oficina. Cuando llegas a casa ya no quieres saber más del mundo, estás out.
Conductor de microbús
Todo el día en el tránsito, es el más odiado y cada dos minutos les recuerdan a su mamacita, apesta a contaminación, y de tantas horas sentado ya se le borró la raya de la alcancía. Nadie en su sano juicio quiere ser conductor de microbús, ese quizá es el oficio más detestado por los capitalinos, pues además de provocar caos citadino es un verdadero desastre, sin regulación, sin atención a las normas viales e incluso sin un salario justo.