Echar chisme, hacer la tarea, trabajar, encontrar el amor, hacer amigos o encontrar los viejos, criticar, vender, comprar, desahogarse emocionalmente o perder el tiempo. Todo eso y más cosas hacen millones de usuarios de redes sociales cada día, enganchados completamente por la llamada tecnología móvil, que les lleva sus pasatiempos favoritos y a la gente que les interesa, a prácticamente cualquier parte, para verlos en el momento que deseen.
Una red social, cualquiera que ésta sea, plantea la utopía del universo alterno, un mundo donde la conexión eterna sea posible y se superen las barreras de tiempo, espacio, cultura, lenguaje y hasta niveles socioeconómicos. Por eso el grueso de la población mundial está tan inmerso en ellas, aunque no lo sepan, de manera superficial.
Según estudios, en Latinoamérica las personas pasan más de ocho horas diarias inmersas en las redes sociales, teniendo México el primer lugar en esto, ya que el 98.2% de los usuarios de Internet en el país, tienen al menos una cuenta de este tipo.
Todavía más diferenciado, en México los rangos de usuarios de redes sociales son los más amplios. A nivel mundial, los usuarios de Facebook tienen en promedio menor de 25 años, pero aquí ese mismo promedio supera por mucho los 35 años.
Todas estas cifras se han visto infladas, a partir de la popularización de los dispositivos inteligentes, teléfonos y tablets, que se han vuelto indispensables para los usuarios, omnipotentes y omnipresentes en las vidas de todos ellos.
Lo anterior es irónico, en un país que podría calificarse de “pobre”, a diferencia de otros con mayor Producto Interno Bruto (PIB) por habitante, que no tienen tanta penetración de las redes sociales en sus vidas.
Redes sociales, sus números en México
Las encuestas han revelado que Facebook es, por mucho, la red social favorita de los mexicanos, con más de 60 millones, la mayoría de los cuales declaran estar ahí por mero ocio, para enterarse de la vida de sus conocidos y pasar el rato.
Aunque Facebook es una red enorme y con posibilidades todavía sin límite, hay que aceptar que otras generan contenido de mayor valor, como es el caso de Twitter que, incluso puede considerarse como un medidor de la opinión pública y un líder en ese sentido. Pero a los mexicanos no les interesa, pues sólo el 12% de los usuarios de redes están dentro de ella.
El nivel educativo de la población mexicana no miente, y se deja ver en todo su esplendor; pasó con la televisión, que mientras en muchos países ayudó a llevar educación, aquí sirvió para que las personas se volvieran más ignorantes, distraídas con las telenovelas y otras banalidades que les robaron la capacidad de analizar. Así, mientras las redes sociales tienen posibilidades infinitas para el aprendizaje, la penetración informativa y los negocios, los mexicanos se conforman con mandarle besitos a sus comadres y darle like a las fotos de un bautizo.
También, aunque suene contradictorio, cifras oficiales indican que en México solamente la mitad de la población tiene acceso a Internet. Y el resto, ¿de dónde se conecta?, ¿se cuelga de los cables?, ¿pide la clave prestada?, ¿o vive de las tarjetas de prepago para celular?
No cabe duda que el mexicano cuando quiere, puede, y cuando no, ni aunque lo obliguen.
Valeria Lira