A veces tengo ideas malas, muy malas y hasta pésimas. El otro día se me ocurrió hacer un viaje de 20 horas en autobús y es la hora en que me estoy arrepintiendo de tamaña estupidez. Esta es la crónica de viaje infernal.
No hay nada más incómodo que un autobús de pasajeros en México, parece que los transportistas se empeñan en hacer que los viajes sean tardados, incómodos y cada vez más caros.
Para empezar, los asientos parecen diseñados para la tortura. No importa la línea que sea, o si es de lujo, igual nunca vas a encontrar una manera cómoda de dormir porque están hechos para que te duela el lomo a las dos horas de estar ahí.
¿Nadie les ha dicho a los diseñadores de asientos de autobús que la raya del trasero se borra?
El problema es que viajas dos días para ir de vacaciones y cuando llegas a tu destino necesitas descansar al menos cuatro para recuperarte de la golpiza del autobús.
¿Y qué fascinación tienen con el aire acondicionado? No importa la hora o el destino, el autobús siempre está helando y seguro te mueres de frío, necesitas cargar con una cobija si no quieres agarrar un maldito resfriado que arruine tus vacaciones.
El baño es otro absurdo de los autobuses en México. Están llenos de botones que uno no entiende, la cosa se mueve como si fuera licuadora de desperdicios humanos y por supuesto, es preferible no pisarlos, si 50 personas ya pusieron sus nalguitas ahí antes.
Otro chiste de los autobuses, que ahora se creen muy modernos y tecnológicos, es el Internet. ¿Alguien conoce una línea de autobuses donde el Wifi funcione? Yo no, todos los que he pisado se anuncian como con «internet libre», pero a la hora de intentar entrar nunca funciona.
Mejor deberían ahorrar el dinero de una señal de internet que no sirve, y hacer asientos que no provoquen dolor de ciática.
Crónica de viaje, conclusiones
¿Y por qué el cine que ponen en los camiones es tan, pero tan malo? Es un misterio que hasta ahora nadie ha podido resolver, pero deduzco que los transportistas compran las películas en el botadero de un supermercado, de esas que cuestan $5 pesos, porque nadie las compra.
En fin, mi consejo es que no viajen en autobús más de un par de horas si no tienen que hacerlo, y si sienten un poco de cariño por su espalda.