Los Menonitas en México

Esos hombrecillos rubios vestidos de overol, que venden quesos en los semáforos, son más que gente exótica. Ellos pertenecen a la comunidad menonita de México, que tuvo sus orígenes en el siglo XVI en Europa, y comenzó como un derivado de la Iglesia Cristiana que buscaba separarse de las reglas y la corrupción del Estado. Algo interesante es que su éxodo hacia América no tuvo que ver con una conquista religiosa, sino más bien se relacionó con la búsqueda de tierras fértiles, para establecer sus ranchos y hacer crecer sus industrias.

En teoría, actualmente los menonitas se caracterizan por ser personas de arduo trabajo, que viven retirados de la modernidad y evitan elementos como la televisión o el Internet, lo que les ha permitido mantenerse al margen del correr del mundo.

Se les conoce en todo el continente americano, a donde llegaron en la primera mitad del siglo XX, para distribuirse en grandes y prósperas extensiones de terreno, fundando industrias que hoy todavía existen y que alimentan comunidades enteras, basadas en el principio de la igualdad y el trabajo en equipo, por encima de los contrastes sociales o económicos.

Comunidad menonita en el norte del país

Hoy día, en México, los menonitas habitan principalmente las regiones de Sonora, Chihuahua y Puebla, donde tienen grandes ranchos y fábricas, y poseen el mando de la próspera industria de los lácteos y sus derivados. Se sabe que, pese a su rechazo a la tecnología, tienen conocimientos muy profundos sobre su industria, lo que les ha permitido progresar, manteniendo sus costumbres y tradiciones. Además, hablan plautdietsch, una especie de derivado del alemán y el español.

Incluso, la comunidad menonita de México, es conocida por sus acciones altruistas y a favor de otras más desprotegidas. Tal es el caso de los tarahumaras de Chihuahua, quienes se han visto beneficiados de su relación con esta comunidad tan particular, la cual se ha dedicado a enseñarles técnicas de cultivo, y otras cosas que contribuyen a mejorar su calidad de vida.

En los últimos años, los menonitas de México, también se han enfrentado a la violencia que azota el país, siendo víctimas de secuestros y extorsión, por parte del crimen organizado, lo que los ha obligado a volverse más cerrados y herméticos, respecto a sus actividades. Algunos, incluso, han tenido que huir a otras regiones, porque su éxito económico provoca la envidia de grupos criminales que los acosan y buscar sacarles ventaja.

Al final, los menonitas también son una comunidad más de México, con un potencial especial para aprender de ellos, por su compromiso social y con el trabajo, lo que a lo largo de los años les ha permitido mantenerse a flote, pese a las difíciles circunstancias del país.

 

@CronicaMexicana