México es el país de las casualidades posibles. Los mexicanos jamás imaginaron que dos veces, con 32 años de distancia, se repetiría una de las mayores tragedias humanas que ha visto esta nación, lamentablemente el 19 de septiembre ya marcó en dos ocasiones nuestra historia.
El 19 de septiembre de 1985 un sismo de 8.1 grados sacudió a la Ciudad de México y otras entidades del país, dejando como resultado más de 50 mil fallecidos (esa cifra aún no queda clara) y daños en cientos de edificios, muchos de los cuales colapsaron en cuestión de segundos.
Extrañamente, el 19 de septiembre de 2017 un nuevo terremoto, ahora de 7.1 grados, sacudió a la Ciudad de México y repitió el desastre casi de la misma forma que tres décadas atrás. Aunque los daños fueron menores por los errores aprendidos en el 85, igual hubo edificios derrumbados y muertos que se apilaron por montones.
19 de septiembre ¿aprendimos algo?
En resumen, ya sabemos que la CDMX está plantada sobre suelo lacustre, altamente sísmico y con tendencia a colapsar en cualquier momento, ¿entonces por qué seguimos construyendo edificios enormes y privilegiando los condominios que a largo plazo son tumbas?
Solamente en 2019 había proyectos para construir más de 8 rascacielos en territorio chilango, algo que resulta una verdadera monstruosidad tomando en cuenta que sólo dos años atrás habíamos visto una tragedia terrible, misma que pudo haber restado muertos si se hubieran tomado en cuenta las reglas de construcción establecidas.
¿Será que de ese par de sismos hemos aprendido algo?, ¿o necesitamos una nueva lección para recordar sobre qué estamos parados?
@CrónicaMexicana