Si bien la historia de México es rica, amplia, tiene mucho de donde contar, está llena de hazañas y hechos heroicos, es imposible reconocer que también está llena de sangre desde sus inicios, pues la conquista, la independencia o la matanza de Tlatelolco fueron movimientos que resultaron con varias bajas y heridos.
Uno de los hechos contemporáneos de represión y bajas sucedió el 2 de octubre de 1968, cuando los militares dispararon en contra de una marcha formada en su mayoría por estudiantes, así como sindicatos y opositores políticos que querían una serie de reformas y que respetasen su derechos en la constitución.
Aquella tarde el grupo antimotines de la policía capitalina, conocido como Cuerpo de Granaderos, intervino para calmar la riña, pero lo hizo de una manera brutal, golpeó a decenas de estudiantes y testigos de la pelea, persiguió a los jóvenes hasta las escuelas donde buscaron refugio, allí también agredió a alumnos y profesores que impartían clase, hubo bajas y desaparecidos.
La matanza de Tlatelolco
El ataque se convirtió en un parteaguas en la historia del país, desde el 2 de octubre de 1968 México fue otro social y políticamente distinto al de fechas pasadas.
Algunos de los factores que ocasionaron el terrible suceso fue que el 12 de octubre de 1968 se iba a celebrar en la Ciudad de México la 19 edición de los Juegos Olímpicos, los primeros que iban a ser televisados vía satélite, y el gobierno del presidente Díaz Ordaz tenía que proyectar un país con estabilidad para representar digno evento.
Otro de los factores fue que el mencionado presidente Díaz Ordaz creía que la marcha y las huelgas eran un complot comunista que venía desde Cuba o desde la misma Unión Soviética, aunque tales teorías jamás se han podido comprobar.
De hecho el presidente Díaz Ordaz estaba muy en contacto con agentes de la CIA, que seguían con especial interés las huelgas ocurridas en México, esto porque ellos igual temían que fuera un complot comunista, sumado a que de igual forma y por aquellos tiempos, en los Estados Unidos habían fuertes manifestaciones y rechazos hacia la guerra de Vietnam.
A más de 50 años de este brutal hecho histórico se siguen sin conocer números exactos de bajas, heridos o desaparecidos, la huella que dejó fue muy grande y sirvió para que el país despertara y luchará por un cambio social.
@CrónicaMexicana