Momentos épicos patrocinados por la Presidencia de la República

La verdad es que México nunca se ha caracterizado por tener presidentes muy brillantes, por el contrario, siempre se ha dado a conocer porque sus gobernantes tienden a demostrar su ignorancia y su cinismo, como si esas fueran cualidades por las que hubiera que aplaudirles. Los ridículos presidenciales más surrealistas.

Ridículos presidenciales

A continuación, una lista de los principales ridículos protagonizados por presidentes mexicanos, a lo largo de la historia. Es de sorprender, cuántas veces hemos pensado que ya ninguno puede ser peor, y siempre se ven superadas nuestras expectativas.

Los tacos de Salinas

El 1 de marzo de 1995, en un contexto de crisis económica y devaluación, el que apenas unos días antes había dejado la presidencia de México, Carlos Salinas de Gortari, dijo sentirse abrumado por las acusaciones que corrían en su contra, respecto a ciertos hechos que acababan de ocurrir, y las acusaciones que pesaban sobre él, acerca del famoso “error de diciembre”. La cosa es que decidió irse a una humilde casa en Monterrey, Nuevo León, donde una familia lo hospedó durante 36 horas, en una especie de huelga de hambre.

Al pasar el tiempo definido, y apremiar el hambre, Salinas rompió su huelga con unas flautas de pollo. Sí, he ahí la foto que quedó para la historia, mientras él mismo declaraba que no pudo resistirse a los antojitos mexicanos.

Abucheos en el Mundial

Corría mayo del año 1986, y las cosas no estaban bien en México; aunque hacia el extranjero se pretendía aparentar que sí. No se había cumplido un año todavía del mortífero terremoto que, en la Ciudad de México, se llevó la vida de unas 30 mil personas, y la sociedad clamaba justicia, a los funcionarios corruptos que permitieron construcciones de papel, y pedía la atención del gobierno; reclamaba la indiferencia de la clase política.

Llegó entonces el famoso Mundial de Fútbol de 1986, que tuvo como sede el Estadio Azteca. Ahí, la afición mexicana aprovechó para darle una buena rechifla a Miguel de la Madrid, presidente que ignoró la tragedia y rechazó la ayuda del extranjero, teniendo a miles atrapados bajo los escombros.

Cuenta la leyenda que, mientras el público le gritaba “¡culero!”, los periodistas comprados por el régimen, trataban de disimular y agradecían los “¡te quiero!” tan efusivos de la afición.

Llorando como perro

Fue en 1982, cuando el presidente José López Portillo regresó al estrado con la cola entre las patas, para confesar que su bonanza económica no funcionó. En medio de la caída de los precios del petróleo, dio a conocer la nacionalización de la banca y su famosa frase de «defender el peso como un perro», pasó a convertirse en lágrimas. Y ya para entonces, nadie en México sabía si reír o llorar.

Echeverría en la UNAM

Difícilmente, otro presidente de México ha enardecido tanto a las masas populares como lo hizo Luis Echeverría, a lo largo de su sexenio. Sin duda fueron aquellos los años más dictatoriales y de represión que ha vivido el país en su era “democrática”. Cuando en 1975, este presidente quiso hacer las paces con los jóvenes, que años antes reprimió y mandó asesinar, los estudiantes de la UNAM, cuyos ideales de lucha interferían con los planes políticos para el país, lo cuestionaron y lo hostigaron, al grado que tuvo que salir huyendo de aquella masa incontrolable, que clamaba por todos sus heridos, muertos y desaparecidos.

Trasplantes multiorgásmicos

Este último ya corresponde más a una cuestión de humor negro. Y es que aquí los patos le tiran a las escopetas, y si el presidente más burlado en la historia de México ha sido Enrique Peña Nieto, entonces él se tiene que reivindicar, pitorreándose de otros que siguen su ejemplo.

En 2015, el gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez, habló de que su Estado cobró mucha importancia con el tema de los “trasplantes multiorgásmicos” y eso lo costó que el mismo Peña Nieto, presente en tan dichoso momento, le dijera la verdad: «que el que hambre tiene en pan piensa». ¡Sí, que sí!

Valeria Lira

@CronicaMexicana