Menstruar, monstruar, recibir a Andrés el que llega cada mes, echar los perritos, descalabrar al chango o tener el “mal mensil”. No importa cómo se le llame, en resumidas cuentas, la menstruación femenina es un proceso biológico natural, que las mujeres adoptan a lo largo de su vida, ya sea como una cualidad que les permite ser primero mujeres y luego madres, o como una piedra con la que cargarán hasta la madurez.
Dicen la Iglesia Católica y los musulmanes, que la menstruación es el castigo de Eva por pervertir a Adán y hacerse expulsar del paraíso. Y sólo por eso las mujeres deben sufrir dolor e incomodidad, eternamente.
En la cultura tradicional mexicana la menstruación era, hace tiempo, un tabú del que no se hablaba, por lo que las mujeres lo enfrentaban con ignorancia y vergüenza. Hoy en día la abundancia de información, ha convertido el tema en algo natural, una conversación trivial en la mayoría de los casos. E incluso, los métodos para enfrentar la famosa regla, han mejorado para hacerla un trance menos doloroso y mucho más práctico.
Aunque los procesos biológicos de todas las personas son iguales, sin importar su raza o nacionalidad, es bien sabido que ciertos factores diferencian ciertas formas de reaccionar del cuerpo humano, dependiendo de las características genéticas, la alimentación e incluso el acceso a los servicios de salud.
Menstruación de las mujeres
Una mujer mexicana en estado físico saludable menstrua unas 400 veces a lo largo de su vida, una cifra que ha ido en crecimiento, a medida que la edad de reproducción se recorre, y al mismo tiempo se reduce el número de hijos.
Se sabe que el 90% de las mexicanas no tienen una menstruación sana, debido a la mala alimentación, la obesidad, el consumo de alcohol y tabaco, y también poca cultura del autocuidado.
Por otro lado, de más de 32 millones de mujeres en edad reproductiva, al menos 11 millones no tienen acceso a la salud, situación favorecida por condiciones de pobreza y extenso número de hijos, en relación directa a reducidos recursos económicos.
Y es precisamente esa falta de servicios de salud, la que ha resultado en altas tasas de mortalidad, por enfermedades como el cáncer de mama y el de matriz, colocándose entre las primeras causas de fallecimiento en mujeres, a partir de los 20 años.
Resulta interesante saber que en países avanzados, esos padecimientos ya no son símbolo de muerte, sin embargo, en México las mejoras en la salud pública son muy lentas y he ahí los resultados.
Al final, el proceso ovulatorio es bendición para unas, maldición para otras, pero símbolo innegable del ADN femenino, que se lleva pintado hasta en los calzones.
Valeria Lira