Lo que esconden tus piernas

No, no es un secreto mágico ni un orgasmo de media hora, como los que tienen los puercos. Mucho se habla de la prevención en las relaciones sexuales, anticonceptivos por montones, libros, conversaciones y hasta vacunas, y sin embargo, “rechinar el petate” sigue siendo una práctica infecta y nauseabunda, algo que traen consigo las ETS.

En los años 80, la popularización del Virus de Inmunodeficiencia Humana VIH, puso en alerta a prácticamente todo el planeta, ante lo que parecía ser una epidemia mortal que podría llevarse consigo a heteros, homos, niñas, niños y hasta chimpancés.

Hoy, a casi 40 años de distancia, el VIH no ha podido ser frenado y sigue cobrando la vida de millones. Tal como sucede con otra enfermedad que, recientemente, comenzó a llamar la atención, por la voracidad con la que está matando: El Virus de Papiloma Humano.

Igual que el VIH, el VPH es una enfermedad de transmisión sexual, asintomática hasta que empieza a hacer estragos en el cuerpo de quien la padece, y fácil de transmitir porque no es evidente.

ETS, la epidemia del país

Es tan fuerte la epidemia, que 80% de las personas en edad reproductiva en México, la portan, porcentaje del cual, todas las que sean mujeres tienen alto riesgo de padecer cáncer cervicouterino, derivado de la misma causa; esta clase de cáncer es la segunda causa de muerte en féminas, sólo por debajo del cáncer de mama.

La cifra es alarmante, es como pensar que casi cada ocho de diez, de los que vemos en la calle, andan por ahí con una infección entre las piernas, contagiando a los demás, y sin preocuparse por usar una protección efectiva.

Hablando de protección, hoy se sabe que, dos maneras efectivas de evitar adquirir el VPH, son las vacunas (aún no completamente aprobadas) y el condón, sin embargo, pese a la relativa facilidad con la que se adquieren estos métodos, los números están ahí y no mienten.

Aquí cabe aclarar que el VPH no es exclusivo de prácticas sexuales donde hay penetración, pues basta el simple roce del área infectada, para ser causa de contagio.

Es irónico que mientras las organizaciones mundiales que vigilan la salud pública, empiezan a respirar un poco por una reducción algo significativa en las cifras de VIH, el VPH empieza a ser un nuevo dolor de cabeza, principalmente en países en vías de desarrollo.

Otro dato poco imaginable es que el VPH, a diferencia de otras enfermedades de transmisión sexual, no es exclusivo de jóvenes o personas que tienen prácticas sexuales de riesgo, pues muchos de los infectados son adultos en edad madura, que se vieron involucrados en situaciones de infidelidad, e incluso contagiaron a sus parejas formales.

Como dicen por ahí: ¡Caras vemos, lo que traigas entre las piernas, no sabemos!

Valeria Lira

@CronicaMexicana