Por qué hay que caminar por México

Historias de México

Y estando ahí, con la carretera que se impone frente a ti y las montañas que te amenazan, decides que lo mejor que puedes hacer en la vida es caminar todo eso y descubrir lo que ahí se esconde para ti. Te contamos historias de México.

El sol es abrazador, estás solo en medio de la nada y tu única opción es seguir caminando hasta llegar a alguna parte. Y así, paso a paso, vas descubriendo todo lo que aquí se esconde, secretos que permanecen ocultos para quienes pasan desapercibidos en sus autos y deciden vivir desconectados de la magia que hay afuera.

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Sin duda eres un viajero privilegiado, las montañas se muestran frente a ti con toda su grandeza y como una especie de agradecimiento por haberte atrevido a conocerlas de cerca. Nunca nadie más que tú verá de cerca este hermoso atardecer que hoy es único en la historia del planeta Tierra y en la edad de la humanidad, revelado solamente a tus ojos como un regalo del universo para tu alma.

México tiene más de 365 mil kilómetros de carreteras, entre autopistas, carreteras federales, estatales y caminos rurales. Y todo ese enorme camino conecta impresionantes escenarios de montañas, sierras, lomas y llanos naturales que conforman el paisaje nacional.

Claro que, al menos en teoría, casi nadie se atrevería a andar caminando por esos paisajes desolados, a menos claro que la aventura fuera la premisa principal. Y es que los noticieros y los periódicos han hecho leña con el miedo, en los últimos años se han ocupado en hacer creer que México es inseguro, no hay que salir, no hay que ver porque el peligro acecha a cada instante.

Y aún con todo eso, no hay nada como caminar por México, incluso si es caminar las carreteras en lugar de viajarlas en auto, porque sólo así somos capaces de reconocer la enormidad del paisaje y ver que este país todavía tiene mucho para darnos.

Caminar también las calles, las avenidas, los parques, caminar es un ejercicio saludable y solidario en un país donde el miedo se ha apoderado de los habitantes. Es una especie de empoderamiento de lo que le han quitado a los mexicanos, la recuperación de los espacios que alguna vez fueron del crimen y hoy tienen que volver a ser de todos.

Agarra tu mochila, amarra tus agujetas y ajusta tu sombrero, el camino largo y desconocido espera por ti a cada paso, mientras tu único acompañante es el sonido lejano de los árboles que bailan al son del viento, los pájaros que vuelan sobre tu cabeza y un rumor lejano que dicta que incluso cuando llegues a tu destino, el camino no habrá terminado todavía.

@CronicaMexicana