¿Sabes por qué se llama la Calzada de los Misterios?

Calzada de los Misterios

Es por todos conocido que la Ciudad de México es una de las ciudades más grandes del continente americano y del mundo, al igual que es de las más antiguas. Varias cosas han transcurrido y cambiado desde los inicios de esta ciudad, lo que no ha cambiado es la gran cantidad de gente que alberga en sus calles, y es justo en Calzada de los Misterios donde se albergan grandes historias.

Este lugar recibe su nombre de las 15 ermitas dedicadas a los Misterios del Rosario que fueron construidos durante la época colonial y conecta desde la Basílica de Guadalupe hasta el Paseo de la Reforma.

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Otro nombre con que se le conoce a esta calzada es el Camino de Guadalupe o Calzada de Piedra, se dice que fue ampliada y reparada por la aparición de la Virgen de Guadalupe.

Fue una de las 3 grandes calzadas que atravesaban el Lago de Texcoco para unirlo a la capital mexicana. El primer misterio fue erigido en 1676 por el arquitecto Cristóbal de Medina, mediante el patrocinio del Padre Juan de Zepeda, y en poco tiempo con ayuda de las limosnas se completó la anhelada obra, convirtiéndose en una de las calzadas más bellas, importantes y misteriosas, y ganándose el nombre de la Calzada de los Misterios.

Calzada de los Misterios y más curiosidades

Además de la Calzada de los Misterios, otro lugar peculiar y con diversas leyendas urbanas es “La calle de la Quemada”, que hoy en día sería la 8a Calle de Jesús María y se localiza en el Centro Histórico de la Ciudad de México, a la altura del convento del mismo nombre.

La leyenda cuenta que Don Gonzalo Espinosa y su hija doña Beatriz vivían ahí, ella tenía muchos pretendientes, pero ninguno era de su agrado, hasta que se enamoró de un joven noble italiano llamado Martín de Scúpoli, alguien apuesto, pero muy celoso.

Harta y con la culpa de que Martín matara a tantos inocentes por amor a ella, ingenió un plan para quemarse la cara y no ser bella. Este plan tuvo éxito, pero fue ahí donde Martín entendió que la belleza de Beatriz era por dentro y por fuera, por lo que pidió matrimonio y se casaron.

A raíz de sus quemaduras en la cara Beatriz nunca más volvió a enseñar su rostro y cuando salía a la calle iba siempre tapada con un velo, es por eso que la gente empezó a llamar al lugar donde vivía “la calle de la Quemada”, haciendo de este espacio un lugar icónico dentro de la capital.

 

 

Fuentes: El Universal,   TravelReport

@CronicaMexicana