Soltería a la mexicana

Hombre, mujer, concha, caracol o piedra, no importa, porque dicen que nunca falta un roto para un descocido y siempre hay una media naranja, aunque esté vieja y podrida, esperando el amor. La soltería no es para siempre o eso no decimos.

Y esos son los cuentos que la vida nos contó cuando éramos chiquitos, feos y no nos queríamos dormir. Al despertar, esa misma vida ya te embarró por los menos unos 20 o 30 años encima, ya no eres un niño, no necesitas cuentos y sigues igual de feo, sólo que ya los cuentos no te consuelan.

Hasta hace no mucho tiempo, elegir a la media naranja era parte importante de la vida de cualquier ser humano “normal”. Las personas solían ir por la vida buscando el amor ideal, la pareja perfecta que les diera una historia de final feliz. Y si no lograban ese objetivo, eran estigmatizadas al no haber logrado el estado perfecto, según la sociedad.

Pero de eso hace más de 25 años. En pleno 2016 es cada vez menos importante encontrar una pareja, y las personas dan cada vez más prioridad a encontrarse a sí mismas.

Quizá es resultado de la decepción por el siglo XX, lleno de guerras, luchas civiles y crueldades, que difícilmente aterrizaron en algo bueno. Se perdió un poco el concepto de humanidad y se afianzó el sentido de individualidad.

Así también en México pasó que, conceptos como la familia y la pareja, quedaron rezagados frente al crecimiento del “yo”, en un mundo de muchos “yo” iguales.

Soltería en números

El 30% de la población mexicana mayor de edad es soltera, ya sea porque no le interesó tener una pareja o porque las circunstancias así lo favorecieron.

Lo anterior responde a una tendencia mundial, aunque eso no significa que las personas decidan no tener relaciones sexuales o flirtear, sólo se refiere a la cuestión del compromiso, y el hecho de pretender pasar toda la vida con una sola persona, algo que hoy parece una guerra perdida.

Y no tener pareja tampoco significa no formar una familia. Casi 800 mil hombres mexicanos son padres solteros, una cifra que es inferior aún a la de las madres en la misma situación, pero que sí denota una tendencia marcada hacia criar a los hijos en soledad.

La visión de los teóricos

Dicen los teóricos posmodernos que vivimos en un mundo, en el que la sobrexposición a los medios nos ha vuelto mucho más solitarios, y los avances en comunicación, más allá de acercarnos, nos han alejado de las otras personas, creando un vacío social que hemos empezado a llenar con mundos interiores y solitarios.

No podría llamarse, como lo hacen muchos sectores, una especie de descomposición social, porque no lo es, simplemente es una etapa en la que el ser humano está redefiniendo sus prioridades, incluso de apareamiento; las ratas se dejan de reproducir cuando escasea el alimento y las cabras se suicidan en los Alpes suizos, cuando se sienten sobrepobladas, entonces, ¿por qué el mexicano no iba a cambiar de preferencia social estando el mundo tan chueco, como está por estos días?

Ya en los años 50, Octavio Paz, en su obra más recordada y merecedora del Premio Nobel, «El Laberinto de la Soledad», dijo que el mexicano es una criatura que nace, crece y muere sola, sin ningún consuelo, esperanza o compañía, ante el difícil camino que le espera por haber nacido en este país.

Valeria Lira

@CronicaMexicana