La vida trágica de algunos artistas mexicanos

No importa el talento, la fama o la fortuna, algunas veces la tragedia se esfuerza por empañar la vida de quienes están destinados a ser leyenda. Es como si el precio del éxito público, fuera a la vez, una vida interior solitaria y desdichada. Los anales de nuestra historia tiene ejemplos de más de las tristes vidas de algunos artistas mexicanos.

Artistas mexicanos en tragedia

Nellie Campobello

Nacida en Durango, en el año 1900, desde joven dedicó su vida a la danza, lo que la llevó a destacar, incluso a nivel internacional. Además, complementó su carrera artística con su trabajo literario, donde también destacó como poeta y narradora, principalmente en cuanto a temas como la cultura y la Revolución Mexicana.

A ella, junto a otros artistas de la época, se le atribuye la fundación de la Escuela Nacional de Danza en 1937, y del Ballet de la Ciudad de México, en 1943.

En los últimos años de su vida, y en el ocaso de su carrera como bailarina, Nellie fue víctima de dos ahijados suyos, que tomaron el control de su dinero y sus propiedades, sometiéndola a vejaciones hasta su muerte en 1986.

La muerte de esta mujer fue un misterio, debido a que, quienes la tenían en su poder, la alejaron de la luz pública y la obligaron a vivir encerrada, llegando incluso a enterrarla en un cementerio lejano, lo que no se supo sino hasta fines de los años 90, por una investigación judicial.

José Guadalupe Posada

Se trata de uno de los artistas mexicanos más reconocidos en el país y en el mundo entero, principalmente por sus aportaciones a las artes visuales en el campo del grabado, la litografía y la caricatura.

Vivió en el siglo XIX y dedicó su obra a la crítica cultura y social, la expresión del sentir de las clases populares y la sátira contra el gobierno, lo que le valió fama y al mismo tiempo, el acoso del régimen imperante.

Desde niño fue señalado en su familia por sus deseos de ser dibujante, y años más tarde la difusión de su obra fue obstaculizada por cuestiones políticas y un ambiente prerrevolucionario.

La obra de Posada, principalmente conocida por sus temas sobre la muerte, no fue reconocida sino hasta después de su muerte, por lo que, en sus últimos años padeció pobreza y miseria, sin saber que después sería considerado uno de los grandes precursores del arte moderno en México.

Miroslava

De una mirada cautivante y considerada una leyenda, Miroslava Stern fue un icono de la época de oro del cine mexicano, donde actuó de la mano de otros grandes como Luis Buñuel y Pedro Infante.

Nacida en Checoslovaquia, vino a México huyendo de la Segunda Guerra Mundial y fue aquí donde encontró su vocación de actriz, la que la llevaría a la fama.

Se le conoció por apasionada y enamoradiza, por lo que las decepciones sentimentales fueron un común denominador en su corta vida.

En 1955, Miroslava fue encontrada muerta en su casa y la teoría oficial dice que fue a causa de un suicidio, luego de haber terminado su relación con el torero español Luis Miguel Dominguín.

En aquel momento se especuló mucho sobre el tema, e incluso se dijo que la actriz habría muerto en un accidente de avión.

Rosario Castellanos

Capitalina de nacimiento, Rosario Castellanos fue una intelectual, escritora y diplomática mexicana, que vio su vida marcada por la tragedia, desde la infancia. Muy joven quedó huérfana y sin familia alguna, por lo que encontró en el estudio un refugio para su soledad. Se instruyó en letras y, desde esa trinchera, también se forjó en el feminismo y los derechos humanos.

Aun cuando su lucha social fue muy importante y la llevó a grandes estrados, su vida personal no fue tan exitosa. Vivió en la depresión, tuvo un matrimonio fallido donde sólo pudo tener un hijo, del que siempre se sintió culpable por desatenderlo, ante sus deberes políticos.

Murió siendo embajadora de Israel, en 1974, a consecuencia de una descarga eléctrica.

Valeria Lira

@CronicaMexicana