Mitos sobre los tatuajes

Más allá de una simple moda, tener tatuajes debería ser una decisión basada en la reflexión, algo que no debe ser tomado a la ligera, y con conciencia de que es permanente. Sin embargo, un tatuaje nunca debería ser motivo de discriminación, por ideas ridículas impuestas por la doble moral.

Tatuajes, mitos y realidades

A continuación una lista de mitos que, sobre todo en México, nos fueron impuestos para utilizar a los tatuajes como factor de señalamiento social, segregación, o incluso de discriminación laboral.

Los tatuajes son para delincuentes

No, aunque muchos criminales utilicen los tatuajes como símbolos de sus carreras delincuenciales, la verdad es que no fueron concebidos para ese fin.

Se sabe que los primeros tatuajes fueron realizados por hombres primitivos, en países de Asia, y de ahí esta actividad derivó en costumbres de culturas ancestrales, que los utilizan como símbolo de jerarquía, de respeto o en recuerdo a batallas importantes.

La aparición de la iglesia cristiana y el catolicismo, fue la responsable de satanizar los tatuajes, como un atentado contra el cuerpo, visión que se mantiene hasta la actualidad.

Si tienes un tatuaje no puedes donar sangre

Este es otro factor de discriminación, al pensar que quienes tienen tatuajes suelen ser personas poco saludables, o que incluso usan drogas. Y no, nada tiene que ver una cosa con la otra, sin embargo hay que tomar en cuenta ciertos factores.

En principio, en países desarrollados, donde por ley las personas tatuadas pueden ser donantes, la realidad es que hay mucho control sobre los sitios donde se realizan tatuajes, y difícilmente alguien contrae una enfermedad por ese medio. Sin embargo, en México este tema aún tiene mucho por ganar, y el control de los estudios de tatuajes no es del todo estricto; aunque los tatuadores profesionales siguen reglas de salubridad, y tienen permisos legales, hay muchas personas que lo practican sin reglas de higiene o incluso sin capacitación, y eso hace que quienes acuden a tatuarse, puedan contraer padecimientos como hepatitis o VIH.

Y ya con lo anterior, el tener un tatuaje sí puede ser un factor de riesgo para donar sangre, lo que también es fácilmente descartable, con un control médico adecuado.

Por otro lado, se sabe que la tinta no entra nunca en contacto con el torrente sanguíneo, pues permanece en una capa superficial de la piel. Pero eso también depende de que, quien lo realice, sea un tatuador profesional y no un simple wannabe.

Un tatuaje es impedimento para encontrar empleo

La Ley Federal del Trabajo, en su Artículo 133, prohíbe a los patrones discriminar o negar empleo a personas por motivos de raza, sexo, edad, discapacidad, condición económica o social, o por el uso de tatuajes o perforaciones.

Últimamente, México ha trabajado mucho para eliminar la discriminación social y laboral, hacia las personas tatuadas, en razón de que poseer un tatuaje no demerita, en nada, las capacidades intelectuales de una persona.

Claro que la discriminación sigue sucediendo, pero está en las mismas víctimas hacer valer la ley para que cambien las cosas.

Los tatuajes son imborrables

Antes esto era verdad, pero ya no. La tecnología hoy en día permite retirar los tatuajes con diferentes técnicas, e incluso algunas no tan dañinas, como el láser. Sin embargo, ¿para qué hacerse un tatuaje que luego se va a quitar?

Además, nadie dijo que si ponerse un tatuaje era doloroso, quitarlo iba a ser menos. Por eso, mejor pensar muy bien qué y cómo, antes de cometer un error, del que arrepentirse después.

https://www.youtube.com/watch?v=U8lX4xqwefE

Valeria Lira

@CronicaMexicana