¿Quién quieres ser cuando crezcas?

Cuando crezcas, cuando adelgaces, cuando te operes, cuando te pintes, cuando te mueras… Algo que hacemos muy mal los mexicanos, es seguir figuras o líderes de opinión que vemos con aspiracionismo. Es de lo más común que tengamos como ídolos a artistas, futbolistas, millonarios empoderados, modelos de revista, y un montón de estrellas, aparentemente inalcanzables, que nos gustan por eso, por inalcanzables y poco reales.

Y aunque tal vez sí sabemos que, detrás de una pose o una sonrisa de revista, en realidad no hay nada, siempre andamos queriendo estar en sus zapatos y buscamos encajar en ellos, a como dé lugar.

En las últimas dos décadas, los trastornos alimenticios entre los mexicanos aumentaron más de 300%, teniendo especial incidencia en las mujeres jóvenes. Este número incluye padecimientos como anorexia, bulimia, vigorexia, dismorfia corporal, y todos sus derivados.

Quién sabe por qué, los medios de comunicación se han propuesto, de un tiempo a la fecha, engañar a los mexicanos acerca de su propia imagen. Constantemente la televisión, las películas y las revistas, imponen personajes falsos, nada parecidos a los mexicanos, pero que se supone todos quieren ser como ellos; al menos en TV, todos los ricos y exitosos, son rubios e hiperdelgados, mientras los menos afortunados siempre son morenos y con cuerpos más terrenales. ¿Cuándo se ha visto en una serie mexicana que un gordo sea el objeto de deseo, o una mujer de color sea la envidia de sus congéneres?

Y ni hablar de tallas, porque en ese sentido los mexicanos viven en un mundo imaginario. Los modelos de las marcas de ropa más vendidas en el país, representan tallas sobrerreducidas, medidas que no son posibles, a menos claro que estés enfermo. Y hay que entrar en ellas para ser aceptado.

Aspiracionismo, lo que nunca seremos

La verdad es que en México se vive mucho de la imitación barata, no por nada somos el país número uno en ventas de tinte rubio, aunque en su mayoría, las mexicanas jamás han tenido, ni tendrán ese color de cabello. Quién sabe qué tiene de malo tener el cabello obscuro y una talla promedio de pantalón, pero así les gusta a ellas.

Es tal vez una herencia de la conquista española, el que los mexicanos no se reconozcan a sí mismos como lo que son. Están, desde aquellos remotos tiempos, buscando un modelo a quién parecerse, cuando en realidad son únicos en todo el planeta, y no deberían de hacerle caso más que a su propia intuición.

Todo esto es algo a tomar en cuenta, si se miran las generaciones venideras, que son muy jóvenes todavía y ya tienen como modelo a seguir a unas imágenes editadas de revista, gente que no existe, personajes ficticios del mass media, ¿entonces, en quién van a creer cuando se enfrenten a la realidad?

Hoy en día, casi el 30% de las jóvenes mexicanas viven con algún trastorno alimenticio, por tratar de encajar en modelos, estereotipos y tallas, que les han impuesto desde la cuna.

Es como un mal chiste en el que nadie puede ser feliz consigo mismo, hay que estar siempre aspirando, buscando ser otros, nunca conformarse, y siempre inconformarse, aunque les vaya la vida en ello.

Valeria Lira

@CronicaMexicana