El suicidio asistido y la cultura del dolor

¿Te has fijado que los mexicanos tienen una tendencia a sufrir por todo?, es como si pensaran que Dios les dará puntos extra en el cielo, por ser víctimas, víctimas de sí mismos, víctimas del sistema, ¡víctimas, víctimas y más víctimas! La realidad es que, por quién sabe qué lección, los mexicanos están acostumbrados a sufrir constantemente y si no, no se sienten bien. Y hablando de sufrimiento verdadero, el suicidio asistido o la eutanasia, son métodos que permiten a las personas enfermas decidir morir, antes de perder la voluntad y la dignidad, pero por manos ajenas.

Se cuentan por miles los casos de personas que, viviendo una fase terminal o estados vegetativos, no tienen posibilidad de decidir que no desean prolongar su sufrimiento.

Es un tema difícil porque parece atentar contra las leyes naturales de la vida y la muerte, sobre todo si se tiene una concepción religiosa, que determine una voluntad ajena sobre la existencia de las personas.

Por fortuna, en los últimos 20 años, muchos casos al respecto han sido documentados en el mundo; personas que han alzado la voz pidiendo poder decidir sobre sus propias vidas, cuando la agonía y el dolor ya no tienen remedio.

Eutanasia en México

Desde el 2008, en la Ciudad de México, se aprobó la Ley de Voluntad Anticipada y su Reglamento, que permiten a las personas realizar una especie de testamento para su destino, que defina lo que quisieran que les pasara en caso de una enfermedad terminal o pérdida de la voluntad.

Nadie quiere pensar que llegará el día en que el cuerpo no responderá más, pero esa es la realidad de muchos enfermos en el mundo, y en México.

Aunado a lo anterior, en el país no existe la cultura de los cuidados paliativos, que es toda una ciencia, pensada para reducir el dolor de las personas enfermas y evitar el sufrimiento innecesario. Aquí es muy poco lo que se sabe al respecto, y en muy pocos hospitales, menos aún en los públicos, hay especialistas que se encarguen de un tema tan humano como este.

Tal vez pasa que en México la cultura no permite acostumbrarse a la idea del fin de la vida como una voluntad humana, y no una voluntad divina; aquí se registran más de seis mil suicidios anuales, de gente de todas las edades que, sin necesidad de ley alguna, decide que el dolor es más grande y no quiere cargar con ello.

La eutanasia, como tal, no es legal en el país, muchas personas aquí viven atadas a camas y hospitales, porque legislar al respecto es sumamente complicado y nadie quiere meterse en ese problema; sería ir contra la moral, la iglesia y hasta la cultura del sufrimiento que caracteriza a los mexicanos.

https://www.youtube.com/watch?v=a3wSJQv66gY

Valeria Lira

@CronicaMexicana