Si volteas a tu alrededor y cuentas cuántos de tus familiares, amigos, conocidos, compañeros de trabajo o escuela, tienen algún grado de depresión, observarás que son muchos, más de los que quisieras contar y suficientes para empezar a preocuparte.
México, como el resto del mundo, vive una epidemia de depresión y enfermedades mentales que afectan a sectores de la población indistintos, desde niños hasta ancianos, pero en especial a los jóvenes que deberían estar pasando por sus mejores años y simplemente no tienen ganas de vivir.
Se estima que para el año 2020 la depresión será la primera causa de discapacidad y ausencia laboral en México, pues casi el 10% de la población ha sufrido algún episodio de tristeza profunda que podría catalogarse dentro de esta enfermedad.
Depresión en nuestros días
¿Cómo llegamos a este panorama? Ni siquiera la ciencia tiene una respuesta certera para eso, pero sí se sabe que hay muchos factores que podrían predisponerla como la alimentación, los genes y otros asuntos de tipo social como la violencia, la pobreza, el desempleo y la desesperanza en un mundo que dice tenerlo todo resuelto.
Computadoras, teléfonos móviles, aplicaciones inteligentes, redes sociales, videojuegos, etc. Los jóvenes de hoy tienen tantas cosas que sus padres no tuvieron, y aún con todo eso no logran encontrar la felicidad, tienden a perderse, no toman decisiones, no logran el éxito profesional y se hunden en trastornos mentales que van desde la depresión hasta las adicciones.
¿Qué le falta a este país para que más mexicanos puedan ser felices? Es un enigma que difícilmente puede ser resuelto por las instituciones, no depende del gobierno y no lo venden en las tiendas. Y es que sin importar el nivel de estudios o socioeconómico, la depresión se presenta y no distingue a sus víctimas; la generación que hoy debería estar llevando las riendas del país simplemente no puede, está ocupada con su tristeza, no avanza porque ha perdido sus metas y navega en un mar de ceguera mental.
La depresión es una enfermedad psiquiátrica con orígenes que aún no son totalmente comprendidos por la ciencia, la única explicación que podríamos darle tal vez vivimos en un mundo violento, aburrido y que nos ha borrado la esperanza de ser o de crear porque todo ya está resuelto. ¿O no?
@CronicaMexicana