Cada año, en los últimos días de febrero, la Ciudad de México se llena de árboles morados y es así como los chilangos recuerdan que la primavera está en puerta, y con ella llegan las jacarandas.
Calor, sol, muchas flores, así llega esta estación del año que le dice adiós al frío invierno y es, por decirlo así, el anuncio de que el año presente está corriendo de manera oficial.
Jacarandas y su historia en la capital
La jacaranda es una planta que llegó a México en los primeros años del siglo XX, convirtiéndose con el tiempo en representativa de este país y en especial de la Ciudad de México, la que año con año y pese a sus constantes cambios siempre se pinta de morado al llegar la primavera.
No hay nada más enigmático que ver, en medio del caos citadino, las flores que van cayendo y colorean las banquetas, los edificios y hasta los autos. Sin duda es la vida que crece aún pese a la contaminación, el ruido y hasta la depredación de la flora que se expande como un mal en esta enorme ciudad.
Los árboles en general y sin importar su color, tienen un papel fundamental en el desarrollo de las ciudades grandes, ahora se sabe que mucho tiene que ver con su presencia la disminución del estrés y la violencia entre los habitantes. A más árboles, menos violencia, a menos árboles, un verdadero desastre.
A propósito del tema, resulta ser que la Ciudad de México acaba de comprometerse a plantar 10 millones de árboles y plantas a lo largo de 2020, con el objetivo de reforestar espacios y devolverle naturaleza a lo que se ha comido la mancha urbana.
Ojalá los que gobiernan la ciudad pensaran en el mismo tema antes de cortar árboles para construir edificios o avenidas, como suele suceder.
@CrónicaMexicana