El 1 de mayo del 2020 México celebró un Día del Trabajo muy particular. En medio de una pandemia por Coronavirus a nivel mundial, buena parte de los mexicanos permanecieron en casa debido a la cuarentena y de ellos un alto porcentaje lo hizo también porque quedó sin empleo por la misma causa.
Sólo de mediados de marzo a mayo del mismo año se perdió medio millón de empleos debido a las pérdidas económicas en las empresas, el cierre de negocios y el endeudamiento por una temporada en la que nadie pudo generar ganancias.
También, al mismo tiempo de la pérdida de empleos, se sumaron casi 5 millones de pobres a los 52 millones que ya existían en el país, lo que habla de forma muy negativa de la política económica que está usando el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Y es que, por más pensiones y tarjetas de despensa que se han regalado, la población mexicana sigue sin tener condiciones dignas de vivienda, educación, salud y empleo, así que el desarrollo sigue al mínimo.
Encima, para acabar de pintar de negro esta conmemoración, la precarización laboral en el país está peor que nunca, pues muchos de los que se quedaron empleados lo hicieron bajo amenaza de despido, cobrando medio sueldo o incluso sin percibirlo debido a la situación económica.
Día del Trabajo y la falta de atención a los trabajadores
Pareciera que en México nadie protege a los trabajadores, quienes a pesar de ser la fuerza económica del país reciben trato de esclavos, laboran sin las garantías mínimas, enriquecen a unos y se empobrecen al mismo tiempo.
Finalmente parece ser que la informalidad es y seguirá siendo el camino más viable para la mayoría de los mexicanos. Actualmente más de la mitad de la población económicamente ocupada está en ese sector, pues no tiene los estudios, la edad o las condiciones para integrarse a las empresas formales, o simplemente la oferta no es tan atractiva como en un rubro completamente libre de regulaciones y de impuestos.
@CrónicaMexicana