Justo entrando al mes de octubre nos encontramos con la noticia de que la película Macario, una cinta clásica del cine mexicano y alusiva al tradicional Día de Muertos, fue pasada a colores luego de exactamente 60 años después de su realización.
Esta joya del cine nacional fue hecha por Roberto Gavaldón en 1960 y habla de la historia de un hombre pobre, quien en su ambición de comer mejor vende su alma a la muerte y tiene un sueño cósmico en el que cumple todos sus deseos.
Macario a color
Woldemberg Pérez es el joven chiapaneco que, en pleno confinamiento, se puso a estudiar un software para edición de cine, mismo con el que le dio color a esta gran película, sin ningún interés más allá de aprender y compartir algo.
Y aunque hubo quienes lo criticaron por hacer un cambio a una película que se considera de culto, cabe decir que esto más bien es un acierto, pues recupera el interés en el cine mexicano y de paso invita a las nuevas generaciones a interesarse en las cintas clásicas.
No cabe duda que las nuevas generaciones también están haciendo cosas interesantes en términos de cine y no se reducen a los odiosos remakes que vemos últimamente.
Fuentes:
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Ignacio_L%C3%B3pez_Tarso_2018.jpg
@CrónicaMexicana