Para los cristianos el Sábado de Gloria es una fecha muy especial, es cuando se conmemora la pasión y muerte de Jesús. En el pasado existía la tradición de mojarse unos a otros en esta fecha, pero en la actualidad y debido a la escasez de agua, esta práctica está prohibida y se sanciona con multas a quien la realice.
Esta práctica surge cuando la religión católica era considerada un peligro para los intereses del Imperio Romano, las personas acudían con los jerarcas de la iglesia a bautizarse de manera colectiva durante el sábado previo a la resurrección. Debido a la cantidad de gente, los sacerdotes optaron por mojar a los feligreses en lugar de llevarlos ante la pila bautismal.
Muchas personas creyentes celebran el día mojándose, pues representa la renovación de la fe, el arrepentimiento de los pecados y la recreación del bautismo, lo cierto es que también se afirma que es “de gran silencio” por la muerte de Cristo y la espera de su regreso, para después subir al cielo en el tercer día.
Se dice que el Sábado de Gloria es un día de silencio, porque “un gran silencio envolvió a la tierra”, esto está escrito en la escrituras de la fe cristiana, en los numerales que van del 631 al 637.
La costumbre de mojarse en el Sábado de Gloria data de la Edad Media, cuando la Iglesia Católica tenía diversas reglas que debían seguirse al pie de la letra durante la cuaresma y una de ellas era no bañarse durante la Semana Santa, pues al ser un elemento de purificación, el agua tenía que ser utilizada hasta la fecha como arrepentimiento y un nuevo comienzo.
La tradición explica que las personas solían aventarse agua para purificar su alma y así lavar todos sus pecados.
Con el tiempo se fue distorsionando el significado y se practicaba por diversión.
En tiempos más recientes existía la tradición de lanzarse cubetas de agua o globos, incluso había personas que lanzaban agua a desconocidos desde sus hogares, sin embargo, con el paso de los años esta práctica se ha ido extinguiendo.
Debido a la preocupante falta o escasez de agua en lugares como la Ciudad de México, se promulgaron leyes para detener esta práctica y ahora hay multas para las personas que la desperdicien.
Fuentes: NSS Oaxaca, As, El Comercio, El Universal
@Cronicamexicana
