El agua es parte vital de cualquier sociedad a lo largo de la historia mundial, no por nada las grandes civilizaciones antiguas siempre tuvieron un gran río cerca o tenían acceso a grandes cantidades de agua. Esto que hizo que sus pueblos y ciudades prosperaran. Un acueducto es un cauce construido artificialmente para llevar agua hacia un sitio específico, este tipo de sistemas posibilita que el agua fluya desde el su origen de modo natural hasta su destino.
En México se han construido buena cantidad de acueductos para las distintas ciudades, pueden usarse acueductos para el riego, acueductos para la posterior generación de energía etc, los acueductos con una arquería expuesta son los más visibles y los más reconocidos.
Uno de los más famosos e importantes en la Ciudad de México fue el acueducto de Chapultepec. Hace algunos siglos la forma de abastecer de agua dulce a los habitantes de la ciudad era a través de fuentes públicas con agua traída de otros lugares del valle. Uno de los principales conductos, fue el que partía de los que eran los “Baños de Moctezuma” en Chapultepec. Aquí se recolectaba agua de los manantiales y el cual se transportaba agua hasta la fuente del Salto del Agua.
Conducto abastecedor desde el siglo 16 y materializado como hoy lo conocemos hasta el siglo 18. Fue inaugurado en marzo de 1779 por el virrey Antonio María de Bucareli y Ursúa. Con una extensión de casi 4 kilómetros que contenían 904 arcos.
Acueducto de ingeniería mexicana
Con la modernización de la redes dejó de funcionar en el siglo 19 y fue derrumbado en su mayoría por mandato del presidente Porfirio Díaz en 1896, en los años 60 debajo de parte de esta obra se construyó parte de la línea 1 del metro, en el 2022 es el icono de la estación Sevilla.
Otros de los acueductos más famosos en México son:
Si bien los acueductos han ido perdiendo peso a lo largo de la historia por los nuevos sistemas de drenajes de las ciudades, en su tiempo fueron parte fundamental de los lugares para abastecer de agua a los ciudadanos.
Fuentes: Informador, Espíritu Aventurero
