Es sabido que la biodiversidad de México es única en todo el planeta, y clave importante en la composición biológica del mismo, de ahí que sea urgente realizar acciones para protegerla y conservarla. La mariposa Monarca es uno de los insectos más conocidos y apreciados en todo el mundo, principalmente por el impresionante trayecto que realiza todos los años, desde los bosques de Canadá hasta México, huyendo del crudo invierno, y esperando el sol de la primavera en el santuario que lleva su nombre.
Son casi cuatro mil kilómetros de distancia los que este insecto recorre, para evitar el duro invierno de América del Norte, llegando a los bosques mexicanos para hibernar, reproducirse y regresar a su casa en el mes de marzo.
A pesar de su fragilidad, esta mariposa tiene un período de vida de nueve meses, durante los cuales sobrevive a las inclemencias del tiempo, la contaminación, la depredación de los bosques y la crueldad de los seres humanos quienes, muchas veces, son sus principales asesinos. En el año 2009 se calculaba la población de estos ejemplares en unos 30 millones, sin embargo en los últimos años la cantidad de mariposas que se calcula han logrado llegar hasta México, disminuyó significativamente, en especial debido al cambio climático. Experimentos hechos por científicos de todo el planeta, han logrado numerar a unos cientos de estos insectos, para verificar su trayecto y comprobar cuántos de ellos regresan a su hogar.
Mariposa Monarca, el cuidado de la especie
La reserva de la biósfera de la mariposa Monarca se encuentra entre los límites de Michoacán y el Estado de México, con una extensión de 56 mil hectáreas, que son protegidas por organizaciones civiles, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y por los pobladores de la zona, al tiempo que grupos de taladores buscan acabar con los bosques, por el valor de la madera que ahí crece.
Existe bastante legislación y se difunde información sobre el tema, sin embargo muchas personas aun no tienen claro por qué hay que defender a este pequeño insecto, para que vuelva a poblar, por millones, los árboles mexicanos.
Valeria Lira