Personajes mexicanos animaleros

No es casualidad que, hoy en día, la población canina supere en ocho veces a la población humana del planeta. Los animales son, frente al ser humano, una especie que ha logrado sobrevivir y permanecer vigente, sin alterar el medio en el que se desarrollan, ni intervenir para alterar el planeta.

Animales históricos

Cuenta la leyenda que en el siglo XIX, la emperatriz Carlota, que entonces gobernaba México al lado de Maximiliano de Habsburgo, tenía de compañera a una gallina, a la cual solía adornar con piedras preciosas, y que la seguía en largos paseos, en el Bosque de Chapultepec.

En la actualidad, el número de animales que habita en México, es incalculable, tomando en cuenta los que aún están en vida silvestre, y los que rondan por las calles sin un hogar fijo. Y eso que cada año extinguimos varias especies, entre el calentamiento global, la depredación de bosques, selvas y ríos, y el tráfico ilegal de animales.

En 1867, el entonces presidente Benito Juárez, famoso por haberle arrebatado poder y propiedades a la Iglesia, decidió prohibir, por primera vez en la historia del país, las corridas de toros en la capital, algo que duró unos 20 años. Su argumento fue que una muestra de civilización era precisamente el respeto por los animales. Dicho pensamiento fue bastante avanzado para una época en la que, aún se tenía la duda de si los indígenas eran o no seres humanos.

Ya en el siglo XX, la famosa pintora mexicana Frida Kahlo, era una amante de los Xoloitzcuintles, una raza de perro de origen prehispánico, que se durante mucho tiempo se consideró sagrada, y que era alimentada con la misma comida de los aztecas.

Animales y artistas

Kahlo plasmó muchas veces a esta especie en sus pinturas, siempre en un lugar de Dios y guardián del universo. Incluso, se dice, que ella tuvo una rivalidad con la artista y coleccionista Dolores Olmedo, al grado de que esta última se puso a criar Xoloitzcuintles, sólo para no quedarse atrás y competir con Kahlo. Hoy en día permanece en funciones un criadero, en el museo que lleva su nombre.

Leonora Carrington, artista surrealista que vivió y desarrolló su carrera en México, fue una ardua defensora de los derechos animales. En su obra pictórica, esta inglesa reflejó constantemente su interés por el reino animal, principalmente por los gatos, quienes protagonizaron decenas de pinturas de esta enigmática mujer.

En pleno siglo XXI, el escritor Carlos Monsiváis, uno de los más representativos de la crítica cultural y social mexicana, fue un amante de los gatos. Cuentan quienes lo conocieron en vida, que en su casa de la colonia Portales, de la Ciudad de México, llegó a vivir hasta con 30 de ellos, a quienes adoraba, idolatraba y consentía sin reparo.

Mucho se habló de los gatos de Monsi cuando murió; corrió el rumor de que habían sido sacrificados por la familia del escritor, la que en el fondo, nunca aceptó su manera de ser y de vivir.

Y es que la empatía por el reino animal no es, para nada, una moda nueva, sino una necesidad que hemos visto manifiesta a lo largo de toda la historia de la humanidad.

Valeria Lira

@CronicaMexicana