La cultura de la violencia

La violencia se define como «la imposición de algo por medio de la fuerza o el terror». Podría definirse, entonces, la cultura de la violencia como un estado generalizado de amenaza y terror, que incluso es aceptado por la sociedad. Claro que es un concepto más allá de los libros, fincado en la experiencia humana.

La Secretaría de Gobernación, en México, reveló que el año 2015 cerró con más de 17 mil muertes por hechos violentos en todo el país, principalmente relacionados con narcotráfico y crimen organizado. Pero la verdad es que la cifra oficial podría estar muy por debajo de la real, si se le suman las miles y miles de desapariciones y muertos, no reconocidos. La estadística se desborda y se escapa de entre las manos.

sorprendente es que no hay para dónde hacerse; en México la delincuencia está dentro de los hogares, en la vida diaria, en la televisión, en el cine y en el periódico, en las escuelas, en la comida, en los negocios más humildes, en las iglesias, en el lenguaje, en los libros. La violencia en México es un ciudadano más.

Quizá se piense que el estado de indefensión que viven los mexicanos se resume en secuestros y balaceras, pero la verdad es que va un poco más allá, y se está volviendo una costumbre.

No se trata de cuentos moralinos, sino de una realidad que ya alcanzó a todos los ciudadanos, y es aquí donde, no sólo se le teme a la violencia, sino que se mama, se crece y se educa con ella; como una vara firme que, en algún punto, nos da la espalda para aniquilarnos.

Y aún hoy, con todo lo malo que sucede, y superando por mucho la ficción, prevalece la idea de que los hombres deben ser violentos y las mujeres indefensas. Así es como se propicia el acoso escolar, en los primeros años de vida: la ley del mas fuerte y los golpes sobre las palabras.

Violencia, el lado oscuro de nuestra cultura

La apología de la violencia está en todos lados, y sus defensores argumentan que así es la cultura mexicana; que los narcorridos son cultura y la tauromaquia deporte, y enseñar a los niños la cultura del terror es preservar nuestras tradiciones, pero entonces: ¿en pro de la cultura hay que conservar un mal que nos está matando?

Ahora es más común que nunca que los niños jueguen a ser narcos, y que las niñas se embaracen a los doce años; el mejor ejemplo de progreso en las zonas marginadas son los mafiosos, que crecieron a base de muertos y heridos. Y luego simplemente sentarse y despotricar contra las bandas criminales y contra el gobierno, porque no hace nada.

Lo más grave del caso es que, la misma ciencia ha comprobado que nada se puede hacer contra las grandes bandas criminales que acosan una sociedad, cuando es la misma sociedad la que hace constante apología de la violencia, en su vida diaria, y aprueba culturalmente esas actitudes autodestructivas.

Valeria Lira

@CronicaMexicana